Difícil es trabajar o estudiar si uno no cuenta con la organización apropiada. Si bien esa organización es un camino hacia el objetivo que se desea lograr, también, debe ser una meta a la hora de encarar el proyecto deseado. En tal sentido conocer los distintos tipos de mapas semánticos existentes, o, por caso, valerse de un mapa conceptual, puede representar una ayuda digna de ser ponderada.
¿Qué son, exactamente, los mapas semánticos?
Los mapas semánticos son diagramas. Se trata de representaciones gráficas que se emplean con el fin de mostrar las relaciones que unen diferentes conceptos e ideas. Son, a su vez, un muy buen modo de organizar información valiéndose de categorías jerárquicas que simplifican el aprendizaje y la absorción de las ideas y los conceptos.
Existen diferentes tipos de mapas semánticos, pero, por lo general, utilizan líneas se valen de palabras de enlace para mostrar del mejor modo cómo las palabras dentro de los círculos y recuadros se vinculan y se conectan entre sí.
Los diferentes tipos de mapas semánticos
Tres de los mapas más útiles y empleados son:
- Mapa semántico araña (o de árbol). Este tipo de mapa semántico expone las ideas con el centro del mapa como epicentro. El nombre de “araña” es elocuente, dado que se expande en diferentes direcciones en la medida en la que el relacionamiento de ideas y palabras avanza y termina por asemejarse al citado insecto (o a un árbol).
- Mapa semántico lineal. Es el que organiza el contenido de modo jerárquico de izquierda a derecha, o, también, desde arriba hacia abajo. Entonces, la idea principal se halla a la izquierda (o arriba, según se escoja) del mapa. Las ideas y conceptos secundarios, a modo lineal, se concatenan y desarrollan hacia la derecha (o hacia abajo).
- Mapa semántico de matriz. Este tipo de mapa semántico organiza la información desde el mismo centro del mapa. Allí es donde se ubica el concepto principal y desde allí es que empiezan a entrelazarse y relacionarse las ideas que terminan por rodearlo.
Cómo desarrollar un mapa semántico (paso a paso)
Siendo que los diferentes tipos de mapas semánticos tienen por objetivo poder trabajar organizadamente, también es bueno conocer el paso a paso para hacerlos:
- Lo primero, y esencial, es leer en detalle toda la información que se desea representar. Textos, fuentes, pdfs, libros, lo que sea.
- Leída la bibliografía de base es momento de determinar el tema principal. Lo ideal es que sea el resumen, el quid del tema que se pretende desarrollar.
- Llega el momento de determinar las palabras clave, las que irán englobadas en los círculos o recuadros. Es bueno tomar nota o subrayar estos conceptos, así la memoria no le juega a uno una mala pasada.
- Elige el tipo de mapa semántico que mejor se ajuste a tus necesidades. A riesgo de sonar referenciales, es buena idea repasar los aquí detallados. Existen interesantes plataformas virtuales, como Miro, que pueden ayudarte.
- Coloca los conceptos subrayados en el mapa semántico. Se debe dejar bien clara la idea principal, ya sea arriba, al medio o a la izquierda. Los conceptos secundarios, por su parte, irán más retirados, como los subtemas que correspondan.
- Hay que revisar la información. Esto es, asegurarse de que el mapa escogido para trabajar tenga un orden jerárquico lógico de los conceptos. Se debe partir de lo más general y avanzar, luego, hacia lo más particular.
Conocer bien las características de cada uno de los tipos de mapas semánticos permite organizarse de la mejor manera y facilita el trabajo.
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