Estamos en pleno invierno, con las bajas temperaturas como grandes protagonistas. Y a pesar de que ya durante el mes de febrero, una vez que vaya avanzando el calendario, el sol comienza a calentar más, todavía quedan semanas de intenso frío. Un buen remedio para paliar esa situación es con ropa confortable y cómoda en casa. Hoy te hablamos de
pijamas para mujeres.
¿Cómo debe ser un buen pijama, en qué hay que fijarse para comprarlo? ¿Qué tejido es el más recomendable? ¿Cuál es el precio que puedes dedicar a esta prenda? ¿y su diseño? Respondemos con detalle a todas estas cuestiones.
Pijamas para cada época del año
En invierno el pijama es muy bienvenido, porque aporta confort y calidez, pero cuando se va acercando el verano, y también durante la primavera, hay que buscar prendas que sean más ligeras. No se trata de renunciar al pijama, sino
tener varios, uno para épocas más cálidas y otro para momentos de frío.
Para el
verano los pantalones cortos y las camisetas de manga corta o tirantes son la mejor opción. Si deseas un pantalón largo, decántate por
modelos que sean ligeros y finos, que no provoquen mucho calor.
En
invierno, no hay nada mejor que cubrir todo el cuerpo con
prendas que estén elaboradas a partir de un material más grueso. Una buena elección es el algodón, que logra ser de manera simultánea cálido en invierno y fresco en verano.
Los
pijamas de seda, que destacan por su suavidad,
no se adaptan a todos los estilos e incluso hay chicas que no se sienten cómodas con ellos. Eso sí, la seda es más cara, luego tocará ajustar el presupuesto.
Busca prendas cómodas, ni muy holgadas ni muy apretadas
Este consejo es vital para dormir y descansar plácidamente con el pijama. Si
las prendas que lo conforman son excesivamente holgadas es probable que parte del cuerpo quede al aire o se destapen. En invierno, con tanto frío, puede ser motivo de algún
constipado estacional.
Por otra parte,
los pijamas apretados limitan mucho el movimiento y pueden ser peligrosos cuando hay problemas de circulación, porque provocan mucho malestar. Ante esta realidad, lo más conveniente es seleccionar pijamas que ofrezcan un movimiento suficiente pero que al mismo tiempo se ajusten bien a la figura.
En el caso de las chicas, cuando son
madres y sus bebés están en periodo de lactancia, es preferible optar por
prendas superiores que se puedan abrir cómodamente, ya sea con botones o con cremallera.
En este sentido,
la duda sobre el pijama o el camisón sigue estando presente. Los camisones han quedado relegados para personas de mayor edad, al menos esa es la percepción generalizada, pero también pueden resultar muy cómodos. Además, si se abren fácilmente conforman una opción interesante para madres con bebés recién nacidos.
¿Cuál es el mejor material?
El
algodón, ya citado, es un material muy útil en verano e invierno. Absorbe la humedad, la piel transpira sin dificultad y es un tejido de tacto muy suave. Si crees que es insuficiente para el invierno, otra propuesta es la
franela.
La textura de este material es
menos suave, pero más cálida. El problema con la franela es que las personas que sudan mucho pueden sentirse incómodas. Si vas a usar pijamas con este tejido, no combines esta práctica con sábanas también del mismo material.
La
mezcla con satén y algodón es otra idea interesante, pues conserva las propiedades del algodón y la elegancia y suavidad propia del satén, que se asemeja en parte a la seda. Junto a estos, también aparecen los tejidos sintéticos.
El corte y los complementos del pijama
Si eres de esas personas que no sabe definir bien su estilo, pues hasta para la elección del pijama hay que mostrar personalidad, la mejor recomendación es optar por el
corte clásico, con una camisa abotonada y un pantalón recto del mismo tejido.
A su vez, esta prenda se debe acompañar de
complementos que maximicen el confort. Para el invierno son bienvenidos una bata,
unas buenas zapatillas y hasta calcetines con el mismo estampado o color que el pijama.
No vamos a entrar en si se debe dormir o no con calcetines, pues esa cuestión genera tanto debate como la tortilla con o sin cebolla. La respuesta es clara, escoge la combinación con la que te sientas más cómoda.