¿Tiene la alopecia los días contados? Pese a que siempre ha habido personas impermeables a la preocupación sobre sus rasgos estéticos, la calvicie siempre ha sido una preocupación común de gran parte de la población. ¿Me quedaré calvo? ¿Cómo afectará a mi aspecto físico? ¿Cómo afectará a mi autoestima? ¿Dejaré de ser atractivo? Hoy, con el avance y la asequibilidad de los precios de su tratamiento, parece que vamos a cumplir un sueño común: un futuro sin calvicie. No obstante, a pesar de la popularización de los trasplantes o injertos capilares, debemos de insistir en ciertos recordatorios: no toda caída del cabello es severa, los hábitos saludables son muy importantes y existen otros métodos de tratamiento que no requieren cirugía
Caída estacional: no te alarmes
Nos han inculcado que nuestro aspecto físico es lo más importante de nosotros, y ante cualquier mínimo síntoma saltan nuestras alarmas internas. ‘Me he encontrado algo de pelo en la almohada o en el peine, ¡tengo un problema!’ No, no tienes un problema, y no comiences a mirar presupuestos para ir a Turquía.
El cabello presenta su propio ciclo vital, implicando una caída y una renovación normal. De hecho, y aunque no siempre lo hayas percibido, cada día perdemos pelo: la estimación es de entre 50-150 al día. Es cierto, además, que tal caída natural puede intensificarse en otoño: el final del verano coincide con el final del ciclo capilar (fase telógena), dando lugar a la conocida caída estacional.
¿Por qué la caída estacional no debe de preocuparte? Porque la caída estacional no es tu enemiga, sino tu aliada. Esa caída ayuda al folículo capilar a tomarse un descanso, retomando después el crecimiento y reiniciando su ciclo vital. Por ello, mientras que exista un balance entre caída y crecimiento, y mientras la intensificación de la caída responda a causas estacionales, no te alarmes.
Relajación, alimentación y descanso: tus aliados anticaída
La alimentación importa, los suplementos alimenticios no son pura publicidad, las preocupaciones te están haciendo daño y esas películas a última hora te están robando horas de sueño. En definitiva: no podemos pretender preservar el cabello si no mantenemos hábitos de vida saludables.
Los déficits nutricionales, así como el estrés, provocan el debilitamiento del pelo. Así que, antes de optar por tratamientos farmacológicos o por pedir un préstamo para ir a una clínica, comienza por lo básico. Comienza por alimentarte mejor, mediante una dieta variada y equilibrada; practica deporte y algún método de relajación (yoga, meditación); respeta tus horas de sueño, y no dejes que las preocupaciones laborales invadan tu vida.
¿Qué tal si comienzas primero poniendo todo esto en práctica? Es muy eficaz ¡y sin coste económico! Como información adicional, te dejamos este dato: en las últimas dos décadas, las consultas médicas han reportado un incrementado en un 150 por ciento de las consultas a causa de la caída del cabello. ¿Y sabes a qué se ha asociado tal incremento? Al estrés laboral. Así que, recuerda: relajación, alimentación y descanso pueden ser tus aliados anticaída.
¿Cuándo percibimos que la caída es severa?
Si percibes que la caída del cabello es severa, probablemente estemos hablando de una ‘alopecia androgénica’, o calvicie común. Pero, principalmente, debes de saber que no es un problema para la salud. No obstante, si te preocupa, puedes acudir a un médico. Este te ayudará a descartar otras causas de la caída y, en caso de que quieras comenzar con algún tratamiento, podrá asesorarte y orientarte.
Más allá de la fiebre actual acerca de los mismos, no todo son las clínicas de trasplante o injertos capilares, y no siempre es necesario. Existen medicamentos como el minoxidil, finasteride, espironolactona y dutasterida, que ayudan a controlar la caída y a promover el crecimiento del cabello. Y aunque algunos pueden comprarse sin receta médica, el médico podrá informarte de las particularidades de cada uno de ellos: modo de uso, dosis y posibles contraindicaciones.
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