Sindéresis

Y VOX también

No lo harán, porque el PP es un partido fascista de apariencia urbana y VOX es un partido fascista de apariencia rural.

Publicado: 26/10/2020 ·
12:43
· Actualizado: 26/10/2020 · 12:43
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  • Pablo Casado.
Autor

Juan González Mesa

Juan González Mesa se define como escritor profesional, columnista aficionado, guionista mercenario

Sindéresis

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Lo que dice Casado en Madrid no sirve para Bonilla en Andalucía. «Hasta aquí hemos llegado» adquiere un sentido distinto cuando te juegas subvenciones reales, liberaciones reales, poder real. Bonilla se mea en la pata de su jefe, pero además lo hace como un cobarde, porque el Tweet en que decían que España sí, que el PP sí, pero VOX no, tardaron en borrarlo desde Andalucía lo que se tarda en darte cuenta de que llevas la bragueta abierta durante un pase de modelos.

Lo que se tarda en ver los ojos de asombro del público imaginando el lío en que acabas de meterte.

Los medios, en defensa del status quo neoliberal, del que son directos beneficiarios, saltaron con premura para anunciar que el vencedor de la moción de censura era Casado, pero, ¿en qué se basa ese análisis? ¿Qué dijo Casado que tuviera que ver con España? Nada. Todo lo que dijo tenía que ver con el PP, con la falta de sometimiento de VOX al PP, y, las pocas veces que habló de la verdadera naturaleza segregacionista y autoritaria de VOX, se olvidó de que estaba hablando para un pueblo que pensaba en los pactos que el PP hizo y mantiene con los fascistas, siendo aquellos fascistas los mismos que son ahora; porque VOX no ha cambiado un pelo, pero el PP sí lo ha hecho, al menos en el púlpito.

Ahora hemos escuchado a un líder de derechas decir que los extremos, a la derecha, son malos, ahora, pero todavía estamos esperando el tirón de orejas al alcalde de Madrid y que se restituyan los versos de Miguel Hernández. No lo harán, porque el PP es un partido fascista de apariencia urbana y VOX es un partido fascista de apariencia rural, en una distorsión de orígenes dementada, porque el lanzador de aceitunas y los terratenientes están en el bando azul, y los especuladores urbanísticos y titiriteros de redes sociales están en el bando naranja.

Y, al final del día, son la misma enfermedad en sus últimos estornudos.

Son el mismo varón blanco hetero comiéndose los recursos que no habrá para generaciones posteriores. Son los mismos ladrones de recursos, los mismos chantajistas, los mismos pecadores bajo palio, los mismos franquistas, los mismos empresarios beneficiados por amnistías fiscales, los mismos fabricantes de mentiras para suministrar gasolina a una prensa que no se ha dado cuenta de que tiene el incendio en sus propios pies.

Son los mismos tipos pegándose codazos, pero flojito.

Casado y Abascal no se han peleado; están intentando endurecer su suelo de votantes y ampliar el espectro de su discurso. Una vez ejecutada la maniobra, VOX podrá ser más abiertamente fascista y el PP más moderno, al menos en apariencia, al menos en los próximos años hasta las siguientes elecciones generales, ya que después de ellas siguen obligados a entenderse para rapiñar los espacios que la sociedad les vaya dejando, porque, por separado, no son nada. Juntos, no sirven para nada.

El ideario de VOX será frenado todas las veces por Europa; el del PP, será frenado por la realidad; pero los mismos progresos que intenta revertir VOX son los que intentó impedir el PP y que ahora quiere vender como propios. Haced un ejercicio de memoria: si por estos fuera, las personas del mismo sexo no podrían contraer matrimonio y las personas casadas no podrían divorciarse, habría una mismo religión en todos los rincones y sería obligatoria, los trabajadores no tendrían derechos (¡si una de las cosas que afeó Casado a Abascal fue haber creado un sindicato!), los temporeros morirían de hambre o golpes de calor bajo el látigo del señorito, los enfermos tendrían que costearse sus propios tratamientos, por caros que resultasen, aunque la consecuencia de no disponer de ese dinero fuese la muerte de un niño, los hijos de los pobres no podrían estudiar ni progresar, el Medievo camparía a sus anchas.

Son los mismos con distintas campañas de marketing, y Moreno Bonilla, como suele suceder en estos casos, se ha quedado con las vergüenzas al aire y con toda la población andaluza preguntándole: ¿ahora qué, eres facha facha, o solo fachita? ¿Andalucía sí y VOX también?

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