Sindéresis

A los cristianos

Hay que respetar vuestra fe y vuestra religión, en manifestaciones culturales y en el ámbito de lo privado, pero no sois especiales, de verdad.

Publicado: 13/04/2020 ·
02:36
· Actualizado: 13/04/2020 · 02:39
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Autor

Juan González Mesa

Juan González Mesa se define como escritor profesional, columnista aficionado, guionista mercenario

Sindéresis

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Es muy fácil atacar a la Iglesia de Roma y posiblemente hay cien mil motivos para hacerlo, yo diría que, en algunas ocasiones, es un deber moral y ciudadano, pero es difícil demostrar más incultura ética que cuando se hace gala del ateísmo propio a través de la manipulación y el humor grueso. Y es difícil demostrar mayor falta de empatía que cuando se hace burla de la fe, sobre todo cuando proviene de gente capaz de indignarse hasta el desmayo porque la nueva temporada de Star Trek no recoge el espíritu de la serie.

 Yo no tengo fe, tengo un instinto filosófico con hambre, pero no tengo fe. Fui bautizado, pero soy apóstata. Me molesta el autoritarismo rancio que esconde la falta de respeto de quienes asumen que todos tenemos que respetar y agachar la cabeza ante la Semana Santa y que la Iglesia, y cualquier religión, debe en parte ser subvencionada por el Estado. Pero quiero aprovechar esta columna para solidarizarme con todos los cristianos que han mantenido la disciplina de la cuarentena, por el bien de todos, aunque eso haya supuesto perder el disfrute de las procesiones. Es para ellos importante, se dejan su dinero y entrenan. Les ilusiona, y la ilusión es importante. Les une, y la unión es importante. Es un evento cultural de una belleza sobrecogedora del que disfrutan numerosos ateos, incluso personas que profesan religiones distintas, y es digno de solidaridad, empatía y reconocimiento el dolor añadido que les ha causado este encierro.

Gracias por quedaros en casa.

Algunos no lo estáis haciendo. Sois incapaces de entender que cualquier párroco que os intente convencer de que en esta cuarentena debéis acudir a misa es un pedazo de cabrón que lo quiere es que llenéis el cepillo, porque os está exponiendo a vuestro contagio y al de vuestras familias, y me parece que, llegados a este punto, aquí todos sabemos que el dios de los cristianos no es el que le pidió a Abraham que le afeitase las tripas a su hijo.

Hay que respetar vuestra fe y vuestra religión, en manifestaciones culturales y en el ámbito de lo privado, pero no sois especiales, de verdad. No merecéis excepciones en algo tan grave. Vuestra misa no es más importante que una convención de trekkies. No, no lo es. Si queréis respeto, tendréis que asumir esto de una maldita vez.

Estáis avergonzando a los cristianos que sí sacrifican sus necesidades por el bien común, y si pensáis que el consuelo que necesitáis en estos momentos se encuentra en la parroquia, os pido que, cuando tengáis los primeros síntomas del coronavirus, volváis a la de vuestro barrio y guardéis el aislamiento con vuestro confesor; los sanitarios están cayendo como moscas y ahora mismo la única religión que nos va a salvar del abismo es la medicina.

Comportaos como toda esa inmensa mayoría de cristianos que sí entendieron aquello de amar al prójimo como a uno mismo, y que con su disciplina lo están haciendo.

Y espero que en unos meses podáis sacar vuestro pasos, de verdad.

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