La cúpula anticapi de Podemos Andalucía nos habla desde un púlpito con cristales blindados. Nos dicen que si las clases populares, que si el centralismo de Madrid, que si la identidad andaluza, que si los cuidados y otra manera de hacer política. En el público inquieto algunos se sientan y los miran. Toman notas. La cúpula sonríe.
Tienen algunos problemas con el sonido y la iluminación, y la cúpula anticapi de Podemos Andalucía nos habla de un boicot técnico desde Madrid, y nos hablan de un partido que se les va quedando chico, pero por el que morirían, nos hablan de un nuevo sujeto aglutinador, conciliador, identificador, motor y promotor, actor, reactor, doctor y paciente, que lleva no sé qué cosas en el ADN que se acaban de encontrar, que al parecer antes no las tenían. En el público se sienta más gente, toman notas, comienzan a hablar entre ellos, y los miran, pero también se miran. La cúpula sonríe un poco menos y piensa que quizá no están hablando lo bastante fuerte.
La cúpula anticapi de Podemos Andalucía habla más fuerte acerca del púlpito con cristales blindados de Madrid; debe haber algún efecto de acople dentro de su propio púlpito de cristales blindados porque algunos de la cúpula se excusan y salen. Al poco aparecen entre el público, mirando las notas que otros toman, hasta que se sientan, contrastan aquella información con sus propias notas y miran, también miran, desde fuera, a la cúpula; y se miran. Ahí está habiendo algún proceso que no controlan, así que la cúpula anticapi de Podemos Andalucía manda a algunos de los suyos a hacer algo inédito: escuchar en vez de ordenar, aprender en vez de aleccionar.
Mientras, siguen hablando de que hay que hablar acerca de cosas de las que no se ha hablado nunca: el centralismo de Madrid, la identidad andaluza, mirad, hemos puesto una bandera, un nuevo sujeto político que lo va a hacer bien porque si antes lo ha hecho mal era por culpa del nombre, el color y el resto, no de nosotros. ¿Veis? Tenemos problemas de acople de sonido y nuestro sonidista dice que es cosa de Madrid. Es que les falla la bandera y el color y el nombre. Dónde va a parar.
El salón ha llenado su aforo y mucha gente espera fuera, algunos de pie, otros con sus sillas, gente de Cádiz, Huelva, Granada, Málaga, Almería, Jaén, Córdoba y Sevilla, quiere escuchar lo que les quieren explicar sobre los sitios en los que viven, trabajan y militan. Pero aquello que dice la gente tras el cristal no coincide con su experiencia, así que hablan con el resto del público, mueven las paredes para que haya más espacio, sentados o de pie, hablan y de vez en cuando miran a la gente tras los cristales, pero sobre todo se miran entre ellas y ellos. Los emisarios son casi indistinguibles entre tanta gente, los que se fueron por culpa del ruido les enseñan a adaptarse, se fabrican sillas y se pinta el cielo y el suelo fuera de aquella cúpula de cristales blindados desde donde la cúpula anticapi de Podemos Andalucía sigue gritando, pero parece que ya no se les oye, hasta que exigen, piden y luego ruegan un poco de silencio, porque tienen que hacer una pregunta.
Y preguntan: «¿Qué sucede, queridas compañeras?»
Y la audiencia, organizada, motivada y libre, responde sin ningún titubeo: «Que nosotros Somos Podemos Andalucía y vosotros, vosotros sois el público».
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