Adelante Andalucía, en su afán de buscar un elemento diferenciador que lo aleje de la imagen real, que son los anticapitalistas y sus cantos de sirena, está jugando a algo peligroso y que posiblemente tendrá consecuencias. Ha sacado la carta de un andalucismo excluyente.
Según su teoría, dentro de las diversas posturas reglamentarias y políticas (en mi caso reglamentarias antes que políticas) de Podemos en Andalucía, todo lo que no son ellos, es menos Andalucía, y Andalucía es para ellos más que el respeto a las normas dadas. Decir (que no proponer bajo unas premisas concretas) que vas a defender los intereses de Andalucía, les permite cualquier cosa, romper cualquier palabra, saltarse la democracia interna.
Después de un regionalismo excluyente, buscando un rédito político regional, siempre va un regionalismo de superioridad, buscando un rédito político estatal. Porque, según parece, ahora la perspectiva anticapitalista se puede aplicar en una comunidad autónoma sin que sea necesario aplicarla en la de al lado, en el país, en Europa. Al parecer, Andalucía puede ser Jauja por sí misma, sobre todo si consiguen sacudirse del viaje a todos aquellos que están diciendo que todo no vale, que no se les ha dado un cheque en blanco.
¿Crees que hay algo más tras su discurso? No hay más que ver su argumentario. Si hablas de respetar las normas, te dicen que son las normas de Madrid (mentira, son las de todos, las de Andalucía, Madrid, Extremadura y Canarias, aprobadas en Andalucía igual que en cualquier otra parte). Si hablas de ser o no ser de Podemos, te dicen que Podemos en Andalucía será lo que se diga en Andalucía. Si les dices que eso lo tendrán que decidir los inscritos andaluces, te dicen que los inscritos andaluces han elegido a Teresa Rodríguez. Si les dices que Teresa Rodríguez llegó donde esta con un pacto por arriba con Madrid, te llaman socialdemócrata. Si les dices que la elección de la secretaria general no significa un cheque en blanco, te dicen que eres amigo de los cuneros. Si les dices que Teresa Rodríguez se ha reservado el puesto de cunera en el reglamento creado ex profeso para ella, te dicen que no van a seguir las normas de Madrid.
Y vuelta a empezar. No hay relación causa-efecto. No hay razonamiento consecuente. Solo apelación a los sentimientos, apelación a la tierra, apelación al elemento diferenciador, pero una apelación enfadada, llena de cuentas por saldar con la gente de su propio partido, un desprecio obvio cuando se pronuncia la palabra Madrid; esto me trae recuerdos.
Los partidos políticos que no han superado la adolescencia, no son útiles a nadie. La madurez se identifica cuando tomas decisiones y aceptas sus consecuencias, cuando participas en elecciones y aceptas sus resultados. Se les llena la boca hablando de correlación de fuerzas; eso es vieja política, política de la mamandurria, política que favorece el comensalismo y el deber favores y el colocar a gente no capacitada en tu equipo (con sueldo, siempre con sueldo) para que te sigan el infierno. Eso es política al servicio del político. En la nueva política, la que nació del 15M, el representante es el primer siervo de las normas que le han dado sus compañeros y no las puede romper, solo proponer en votación el cambio de las mismas, potestad que realmente debemos tener todos los inscritos.
Esto que digo es válido para la dirección estatal, por supuesto. No tenéis un cheque en blanco, no sois nadie para romper las reglas que nos hemos dado entre todos; cuando me habláis de correlación de fuerzas, me habláis de la ley de la selva, donde no se respeta la voz ni los derechos de las minorías. Y si os envolvéis en banderas para apuntalar esa correlación de fuerzas, cuando intentáis hacer ver que las reclamaciones de una bandera son más justas que las de otra bandera por tener más gente detrás, os metéis en un terreno muy peligroso, ya sea usando la bandera de Andalucía, la de Croacia o la de los puñeteros Rohirrim.
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