El camarada Iglesias haría bien en recordar que una cosa es lo que a él le gustaría y otra muy distinta lo que estemos dispuestos a tolerarle los demás. Si no se lo recuerdan los que tiene alrededor, muy posiblemente le estén tejiendo un traje transparente; por mucho que pueda estar hecho de saliva, sigue siendo transparente.
Y te vemos las vergüenzas, camarada.
Nosotros, los de Podemos, estamos a favor de la defensa a pecho descubierto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, nuestra línea roja. Estamos a favor de la reconquista, o la inauguración (por inédita) de la separación de poderes, que es piedra angular de las democracias modernas, sin la cual nos encontramos con un absolutismo burócrata, corrupto y nepotista. Nos encontramos con Montoro y Fernández Díaz.
Si los que tienes al lado no te lo recuerdan, te lo recordaré yo: la libertad de expresión es un derecho fundamental y, por tanto, su tutela y su restricción no hay posibilidad de que estén dirigidas ni fiscalizadas, ni mucho menos controladas, por nada que no sea el poder judicial. Así que, si quieres imponer sanciones administrativas por ofensas a colectivos, sean los que sean, en redes sociales, lo que estás haciendo es cargarte la separación de poderes.
Es que ese delito que quieres burocratizar políticamente ya existe. Es que si quieres asegurarte de que los jueces hagan su trabajo, lo que tienes que hacer es proteger la separación de poderes, no cargártela. Es que ya había gente ante que naciera Podemos, y antes que tú y yo naciéramos, con unos principios lo bastante sólidos como para defenderlos a pecho descubierto si el legislativo les da las armas, pero no si se las quita.
A veces me parece que tú y la gente que tienes a tu alrededor no es que no conozcáis estos principios tan básicos; es que creéis que nosotros no los conocemos. ¿Cómo era aquello que queríais llevar en campaña con respecto a los miembros del consejo general del poder judicial? ¿Que tuvieran compromiso con el programa de gobierno? Vergüenza. ¿El Desborda? Vergüenza. Pero la gente no votó el sistema, te votó a ti. ¿Eso te complace?
Vamos a dejarlo claro, llegados a este punto, camarada Iglesias: la confianza solo se compra con confianza; no hay otra moneda de cambio. Y es absolutamente imposible ser un dirigente demócrata con miedo a la democracia, porque el miedo a la democracia conduce a la dictadura. ¿O acaso pensamos, nos, que los jueces no harán justicia si no los guiamos?
¿Quieres justicia? Deja trabajar a los jueces. ¿Quieres un pueblo libre y fuerte? No les digas lo que tienen que pensar. ¿Quieres un partido que sea reflejo del país en el que te gustaría vivir? Deja trabajar a garantías. Y llénala de gente preparada y con ganas, deja de interesarte por quién se presenta, deja de intentar controlarlo todo.
Podemos, afortunadamente, está llena de gente capaz de conciliar propuestas legislativas, tragarse horas de debates de la Comisión o del Foro Social Mundial, peña que se puede carear contigo y sacarte los colores, y es posible que te venga bien; Inda es fácil, aunque eso tú ya lo sabes. Uno de ellos es Juan Moreno Yagüe, con el que no quisiste debatir antes de Vistalegre II, motivo por el que también te pregunto: ¿quién eres tú para hurtarnos ese debate? Deja que la gente decida, joder. No tengas miedo, compañero.
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