La Pasión no acaba

Amén

Eran algo más de las seis y media de la tarde. Jaime González-Écija, templado también en los andares, se acercó ceremoniosamente, toreramente, en un paseo...

Publicado: 23/09/2021 ·
11:05
· Actualizado: 23/09/2021 · 11:05
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  • Jaime González-Écija. -
Autor

Víctor García-Rayo

El periodista Víctor García-Rayo es el presentador y director del programa La Pasión de 7TV Andalucía

La Pasión no acaba

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Eran algo más de las seis y media de la tarde. Jaime González-Écija, templado también en los andares, se acercó ceremoniosamente, toreramente, en un paseo entre lila y malva, al micrófono de la televisión que aguardaba en el callejón para recoger los sonidos y testimonios de la tarde de toros en la plaza más hermosa del mundo. El torero, a esa hora del corazón y de la soledad, tomó la palabra sabedor de que la verdad solo tiene un camino. Sin perder de vista al novillo de El Parralejo, que aguardaba para vender cara su vida, el torero astigitano aproximó la boca al micrófono. “Quiero aprovechar las cámaras de televisión para brindarle la muerte de este toro a toda la afición taurina de mi pueblo que por desgracia e imposición tiene la plaza de toros cerrada durante más de seis años y para que luchen para que todos podamos torear en su plaza y porque Écija vuelva a ser lo que fue”.

Amén. Jaime González-Écija acababa de pronunciar un trozo de evangelio taurino. La verdad en quince segundos. Lo hizo con torería y rotundidad, llevando largo el trazo del mensaje, gustándose, roto el cuerpo y descansando el tronco en las caderas. Todo por abajo, de fuera hacia dentro, despacio.

Sonrió Pepe Moya en el cielo y saltaron lágrimas sinceras en los ruedos de los ojos de muchos aficionados de Écija, tierra de toreros, de gentes del campo, del toro y del toreo.

El novillero que había realizado el brindis estuvo toda la tarde muy metido en la piel de la profesión que ama. Lo quiso hacer todo despacio, a ese ritmo cadencioso en el que laten las cosas grandes. Y, como artista que es, mostró también en el coso su faceta reivindicativa. ¿Qué es un artista si no protesta, si no le grita al mundo, si no denuncia? Écija había ocupado ya su espacio en la novillada del martes gracias -no sólo a que torease un diestro local- sino a un brindis muy serio, sentido y torero de un valiente, capaz de ponerse delante del toro y de quedarse quieto también delante de toda España para denunciar que lo que le están haciendo los políticos a la plaza de toros de Écija no tiene nombre. Es una canallada, una injusticia, una vergüenza con todas las letras.

Gracias, torero, por dar la vida y la cara. Por la honradez y la torería, por decir las cosas claras y hacer el toreo despacio. Por ponerte delante del toro y de la denuncia, a riesgo de cualquier voltereta. Gracias, Jaime González-Écija. Yo no soy de Écija, pero amo a la fiesta y me conmueve el toreo cuando se hace despacio. Gracias, artista. La otra tarde, cuando te vi torear en Sevilla y cuando escuché tu brindis solo me salió una palabra de mis labios: amén.

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