El próximo lunes, toda la comunidad universitaria de la Universidad de Sevilla (alrededor de 70.000 profesores, administrativos, personal laboral y estudiantes), volverá a pisar físicamente aulas, despachos y laboratorios. El curso 2021/2022 arranca con la máxima presencialidad después de que así lo autorizara el comité de expertos que asesora a la Junta en la contención de la pandemia.
No habrá distancia de seguridad si el espacio no lo permite pero serán obligatorias las mascarillas, la ventilación y los geles hidroalcohólicos, así como la trazabilidad de los grupos para controlar los posibles contagios. Las cámaras en las clases no serán, por el momento, necesarias.
La mejor manera de mantener la presencialidad va a ser que la comunidad universitaria esté vacunada con las dos pautas. Este requisito lo cumple en este momento el 80% de la comunidad universitaria (90% en el caso de la plantilla docente). Para incrementar los índices, sobre todo entre los estudiantes y, dentro de este colectivo, los de primer curso, la Universidad de Sevilla lanzará una campaña para "rescatar" a personal y estudiantes que tengan sólo una dosis o ninguna. Los centros de vacunación existentes y que usa el SAS (caso de Derecho y Matemáticas) serán los puntos donde se hagan esas vacunaciones.
Hay un dato que evidencia que el nuevo curso será el del regreso a la normalidad. La Universidad de Sevilla tiene ya matriculados a 1.349 estudiantes extranjeros de diferentes programas de movilidad que se han decidido por la Hispalense para estudiar o bien el primer cuatrimestre o bien todo el curso. Cuando se le añadan los del segundo cuatrimestre se alcanzarán las cifras de antes de la pandemia, en torno a 2.000, ha señalado el rector Miguel Ángel Castro.
La Universidad de Sevilla recibió 22.615 solicitudes de estudiantes de nuevo ingreso. Hasta la fecha, el número de alumnos es de 10.577 para las 10.523 plazas ofertadas (el desfase se explica por los ajustes que hay entre peticiones y finalmente adjudicaciones en las diferentes fases).
Si hay un proyecto en el que la Universidad ha puesto sus esperanzas es el centro de innovación aeronáutica, que cuenta con el apoyo de la Junta, Airbus, el Ejército del Aire y Fada Catec. Su materialización en 2022 está sujeta a que haya presupuestos para ese ejercicio en Andalucía.
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