En los últimos años, muchos países de todo el mundo han legalizado el cultivo y consumo de marihuana. Se calcula que, a finales de 2020, ya había 44 países que habían aprobado algún tipo de legislación sobre el cannabis, y el negocio sigue creciendo: se comercializan cosméticos, aceites, fármacos o bebidas derivadas de la planta y, por supuesto, una enorme variedad de tipos de marihuana, ya sea para su consumo medicinal o recreativo.
La tendencia en su progresiva aceptación para el consumo legal continuará en los próximos años. Existe presión social por la regulación y despenalización del consumo de esta planta, como demuestra una reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). La mitad de los españoles (49,7%) está a favor de una venta regulada, tres puntos más que en 2018. En contra de la legalización para este uso hay un 40,9% de la población. El porcentaje crece a una abrumadora mayoría del 90% si se pregunta por su legalización para uso terapéutico.
Hay una brecha entre la realidad social (cada vez más favorable a la legalización) y la jurídica, que en los próximos años podría desaparecer si se aprueba un proyecto de ley ya en marcha.
Las ventajas del autocultivo en interior
Por ahora, en España no es sancionable el autocultivo para consumo personal, siempre que se realice en el ámbito privado. Es decir, para que el cultivo sea punible debe probarse un ánimo de lucro. Por el contrario, su consumo y cultivo privado no es ilegal, siempre que se trate de un cultivo para consumo propio.
Ahora bien, la pandemia del coronavirus, que tanto ha alterado nuestra vida a todos los niveles, ha tenido también su repercusión en el cultivo para autoconsumo de cannabis. El confinamiento estricto al que estuvimos obligados durante semanas y la reducción de la movilidad que aún se mantiene, ha provocado un aumento del cultivo de interiores.
Por suerte para quienes practican este tipo de consumo, la tecnología y los productos disponibles hoy en día aseguran una producción suficiente y de calidad: con estos kits de cultivo interior, la cosecha para el autoconsumo está garantizada. Los kits de cultivo interior sirven para imitar las condiciones de la naturaleza, pero al tratarse de un entorno controlado, podemos ajustar esas condiciones a las necesidades de las plantas en cada momento, aumentando su rendimiento. En este sentido, la hierba que se obtiene a partir de un cultivo de interior es de mayor calidad que la que se cultiva en exterior.
Los kits suelen incorporar el siguiente instrumental: microscopio, pulverizador, regadera, jeringas, pipetas, tijeras de poda y guantes. Los hay para todos los bolsillos, pero al adquirir conjuntamente todas estas herramientas, el precio total se rebaja sensiblemente. En algunos casos, el vendedor pone a disposición del comprador un manual de cultivo descargable, donde se explica con detalle todo lo que es necesario saber para llevar la plantación a término de manera exitosa.
Por último, algunos vendedores añaden incluso semillas de regalo a todos los kits que distribuyen, de modo que el comprador tenga siempre para su consumo las mejores variedades de cannabis.
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