Un padre siguió el consejo de su hijo y, gracias a eso, la Cilla del Cabildo de Sanlúcar la Mayor sigue en pie en las mejores condiciones, evitando repetir la historia de los edificios colindantes, que fueron derruidos para construir casas. La Cilla, de gran valor patrimonial, se construyó en el siglo XVIII para servir de almacén de trigo. Ahora, abre sus puertas para alimentar el pensamiento, tras un acuerdo entre el Ayuntamiento local y la Fundación Cilla del Cabildo.
El arquitecto Javier Infantes convenció a su padre, el prestigioso cardiólogo Carlos Infantes, para que comprara la Cilla del Cabildo, preocupado por la situación de deterioro del edificio. Así comenzó un minucioso proceso de restauración, realizado de forma artesanal, que se prolongó durante dos años. Para reparar el techo, por ejemplo, las tejas se quitaron una a una y se volvieron a colocar. El edificio está ahora en su plenitud, aunque muchos sanluqueños lo desconocen.
La inauguración coincidirá con la semana de la Feria, con una exposición de pintura, cerámica, escritura y fotografía de autores sanluqueños o relacionados con el pueblo. Su entregado comisario es el polifacético artista Manuel Muñoz.
El doctor Carlos Infantes, que también es el presidente de Fundación, cuenta que con esta iniciativa buscan aportar un nuevo espacio “para conectar”, ya que se pregunta: “¿Si no nos une la cultura, qué nos va a unir?”.
Infantes quiere reflexiones profundas para avanzar hacia el futuro. Por ejemplo, cuando ve las casas de Sanlúcar o las de Carmona, observa cómo todas están de espaldas al río, “y eso tiene una causa antropológica, pues allí era donde se iba a trabajar”. Sin embargo, lamenta que no se haya aprendido del ejemplo de otras ciudades con un esquema similar, como Barcelona en relación a su puerto, que han sabido renovarse y reencontrarse con un espacio fundamental, y mira con esperanza el proyecto de renovación del Puerto de Sevilla.
En el Ayuntamiento están “encantados” con esta iniciativa. El concejal de Cultura, Juan Salado, destaca que viene a enriquecer a “un pueblo muy implicado con la cultura”. Además, subraya que permitirá incrementar la oferta turística del municipio.
Los sanluqueños están de enhorabuena por partida doble. El espacio de la Iglesia de San Pedro, “una joya del mudéjar”, también se restaurará tras la concesión de una ayuda de la Junta, “algo que era una deuda del pueblo”, destaca Salado.
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