Un proyecto europeo de adaptación urbana a los efectos del cambio climático aspira a convertir a Sevilla en referente mundial en esta materia y en un espejo en el que se miren ciudades que sufren altas temperaturas y escasez de agua a la hora de aplicar medidas frente al calentamiento global.
Se trata de una actuación local que busca tener alcance global, la reurbanización de la Avenida de la Cruz Roja, en el distrito de la Macarena, enmarcado en el proyecto LIFE Watercool de adaptación al cambio climático de la UE, que busca replicarse en otras zonas de la ciudad y urbes del planeta.
La peatonalización de vías, la creación de espacios verdes y la instalación de elementos urbanísticos que permitirán el ahorro y reutilización del agua, además de ayudar a moderar la sensación térmica, son algunas de las actuaciones previstas, según han explicado a EFE fuentes de Emasesa, socio coordinador del proyecto.
La peatonalización de la Avenida de la Cruz Roja pretende devolver los espacios públicos a las personas y crear lugares de esparcimiento y socialización con unas condiciones propicias de reducción de la temperatura, así como de los gases contaminantes emitidos por los vehículos.
El técnico de Emasesa en el proyecto LIFE Watercool, Juan Luis López, explicó a EFE que el reto, dentro del objetivo global que tiene el proyecto de lucha contra el cambio climático, es lograr reducciones de temperatura "en función de la permanencia del usuario en la calle en unas determinadas zonas que llamamos estancias".
Añadió que en el ámbito del proyecto se definen tres espacios o estancias, de corta, media y larga duración, en los que se instalarán una serie de prototipos que generan unas condiciones ambientales que "favorecen una reducción de temperatura entre dos y tres grados".
En la estancia de larga duración, ubicada en el parque de la calle Montemayor, se establecerán unos dispositivos denominados "árboles de viento", que generarán también una reducción de temperatura en torno a la zona y que se basan en el uso de agua y placas solares, lo que supone "un concepto verde-sostenible".
Los "arboles de viento" funcionarán por el agua almacenada en unos aljibes que se construirán en el ámbito de la obra, a partir de los cuales se generará una corriente de aire fresco.
Todo eso se complementa con una cobertura vegetal importante, con el objetivo de lograr una disminución de unos 5 o 6 grados", un reducción muy importante y apreciable para los viandantes.
En el proyecto, cofinanciado por la Unión Europea, participan como socios además del Ayuntamiento de Sevilla y Emasesa, la Universidad de Sevilla, la empresa S-Dos y la Agencia EFE.
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