Abengoa ha extendido de nuevo el plazo, esta vez hasta el 12 de noviembre, para que la Junta de Andalucía aporte los 20 millones de euros a los que se comprometió dentro del proceso de reestructuración de la compañía y se pueda cerrar la refinanciación, si bien ha advertido que "la demora en el cierre debe llegar a su fin".
En un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Abengoa, que este viernes ha reunido a su consejo de administración, ha informado de nuevo de la extensión del plazo, que finalizaba hoy, 6 de noviembre.
Ha explicado que el plazo se extiende "con el objetivo de dar un periodo de tiempo adicional para que la Junta de Andalucía pueda aportar el compromiso de apoyo financiero antes referido, única condición que no depende del grupo y que está aún pendiente a día de hoy".
Abengoa ha reiterado que este nuevo retraso perjudica de manera significativa la continuidad de los negocios de Abengoa Abenewco 1 -cabecera de los negocios del grupo y a la que se traspasaron los principales activos y negocios en la anterior reestructuración- y su grupo.
Señala que, si llegado el 12 de noviembre de 2020 no se tiene certeza en cuanto a la posibilidad de proceder con el cierre de la refinanciación en los siguientes días, el consejo de administración de Abengoa Abenewco 1, habida cuenta de que la viabilidad del grupo estará gravemente comprometida, tomará las decisiones que le correspondan.
Abenewco se vería abocada a concurso de acreedores (antigua quiebra) si no cierra antes de la nueva fecha su reestructuración, actualmente pendiente de que la Junta de Andalucía aporte 20 millones de euros.
La refinanciación de Abengoa, acordada en agosto con la banca, pivota en torno a la financiación del ICO (hasta 230 millones) y de la Junta (20 millones), la concesión de avales -hasta 300 millones con la cobertura de la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (Cesce)-, capitalización de deuda de proveedores y acreedores (153 millones), y cambios en las condiciones de sus bonos.
El Ejecutivo andaluz ahora rechaza aportar su parte alegando falta de instrumentos legales para ello y duda de que finalmente Abengoa, como ha dejado entrever esta semana, pueda llevarse su sede de Sevilla.
JUNTA PARA VOTAR EL CESE DEL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN
Por otra parte, el consejo de administración de Abengoa, en otro hecho relevante, ha manifestado su oposición a las propuestas que un grupo de accionistas minoritarios llevarán a la junta de accionistas extraordinaria del 17 de noviembre, convocada a petición de éstos para, entre otras cuestiones, votar el cese del actual consejo de administración.
Este grupo de accionistas, agrupados en AbengoaShares, ha presentado una demanda judicial pidiendo la suspensión cautelar del plan de reestructuración del grupo.
El consejo de administración dice que la operación firmada con algunos acreedores e inversores el pasado 6 de agosto permite asegurar la viabilidad del grupo, ya que compromete la liquidez (hasta 250 millones de euros) y los avales (hasta 300 millones) para ejecutar el plan de negocio actualizado.
Recuerda que todos los acreedores, tanto los financieros como comerciales, se han visto obligados a aceptar quitas y capitalizaciones, "habiéndose ajustado esos sacrificios según la posición de privilegio que ostentan en la estructura de deuda de la compañía".
Además, dice que la participación que Abengoa (la matriz) puede tener en Abengoa Abenewco 1 como resultado de esta operación fue objeto de no pocas negociaciones con los acreedores y que la operación firmada el pasado 6 de agosto es la mejor y la única posible para garantizar la viabilidad del grupo.
Los miembros del consejo de administración añaden que "la propuesta que parece animar la convocatoria de la junta, que es la de provocar una renegociación de la refinanciación para que la matriz mejore su posición en la estructura de capital, es meramente ilusoria".
Explican que "los acreedores que han comprometido la financiación y los avales necesarios para asegurar la continuidad del grupo y de su actividad han manifestado que retirarán dicha financiación en caso de producirse un cambio en el consejo".
El consejo de administración añade que la frustración de la operación actual, en tanto que no permite que el grupo pueda recibir el dinero y los avales que necesita para financiar su plan de negocio, aboca al grupo Abengoa al concurso de acreedores (antigua quiebra).
Además, recuerda que los accionistas de la matriz son la parte más subordinada de la estructura de capital de la compañía y, por ello, sus pretensiones serían fácilmente atacables por los acreedores que aportan financiación y que reclamaran para proteger sus intereses.
Por eso, añade que la posibilidad de que la matriz tuviera una participación en Abengoa Abenewco 1 superior a la que se les asigna en el acuerdo de 6 de agosto de 2020 "es nula".
Los accionistas de AbengoaShares aseguran que concentran el 14 % del capital de la compañía, mientras que el consejo de administración afirma que su participación se reduce al 3,31 %.
Abengoa ha requerido para salir a flote desde 2015 más de 10.000 millones de euros en quitas y capitalización de deuda por parte de sus acreedores (bancos, bonistas o proveedores), al tiempo que los antiguos accionistas han visto diluida su participación en un 95 %.
De cerrarse la reestructuración, Abenewco, que es una cuarta parte de lo que en su día llegó a ser Abengoa en términos de facturación y empleo, pasará a estar controlada por el fondo KKR y el Banco Santander, con aproximadamente el 17 y el 20 % del capital.
Por su parte, Abengoa (antiguos accionistas) pasará de controlar el 5 % de Abenewco a tener entre el 3,5 o 2,7 %, dependiendo de si el Santander ejerce o no una opción de compra que posee.