La Gatera

España huérfana

Cuentan que en una ocasión, le preguntaron al Primer Ministro Británico Benjamin Disraeli sobre la “diferencia ente una desgracia y una catástrofe”:

Publicado: 03/06/2020 ·
22:11
· Actualizado: 03/06/2020 · 22:11
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Autor

Rosa G. Perea

Rosa G. Perea es escritora. Es cofundadora del Club de Lectura del Ateneo de Sevilla y editora en Almuzara

La Gatera

Como escritora, editora y colaboradora en medios de comunicación, Rosa G. Perea habla de todo, predominando la cultura

VISITAR BLOG

Cuentan que en una ocasión, le preguntaron al Primer Ministro Británico Benjamin Disraeli sobre la “diferencia ente una desgracia y una catástrofe”:

 

-Lo entenderá usted enseguida: Si Gladstone (que era el rival político de Disraeli) cayera al río Támesis y se ahogara, eso sería una desgracia; pero si alguien lo sacara del agua, eso sería una catástrofe.


Les aseguro que se me ocurre una lista bastante larga de nombres a los que sacar del río sería una verdadera catástrofe. Nombres que revolotean en el panorama político como polillas alrededor de la bombilla, cegados por la luz y sin rumbo. Y al otro lado, en la otra orilla de un río con cada vez menos peces estamos, los otros. Usted que me lee, su hermano, su amigo, yo misma. Los que engrasamos y movemos el engranaje que hace que el mundo gire. Que llegue el pan para el desayuno, que se encienda la luz del baño, y salga agua del grifo. Los que haremos una vez más que España salga de otra crisis. Solos, huérfanos, desanimados y cansados. Cansados de ser la piedra arrojadiza que va de un lado a otro de esas cabezas no pensantes. España saldrá de esta. Siempre sale. A pesar de sí misma, que como decía, o le atribuyen decir a Otto von Bismarck, el famoso canciller de hierro: “Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí misma y todavía no lo ha conseguido”.


Pero saldrá sola, una vez más sola. Con esa sensación de orfandad que da el no reconocerse en las palabras de nuestros políticos. España huérfana y desbaratada. Como decía Unamuno: “¡Ay, triste España de Caín, la roja / de sangre hermana y por la bilis gualda, / muerdes porque no comes, y en la espalda / llevas carga de siglos de congoja!”.


Y es que anda la verdad tan disfrazada que no podemos reconocerla cuando sale de los labios de los que se supone que deberían sembrarla y cosecharla. Y parece que nos vamos acostumbrando a convivir con esta no-verdad. Con este engañarnos día a día. Como si no importara la cifra de muertos o la cifra de mentiras, como si nuestro afán solo estuviera en agarrar el madero que flota en las frías aguas de estos tiempos. Y que como decía Diderot, nos bebemos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga. 

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN