El Ministerio Fiscal ha rebajado de doce a diez años y medio de prisión la petición de la pena para un hombre acusado de una agresión sexual hacia su pareja, en 2013 en Écija (Sevilla), y maltratarla de manera habitual durante los seis años de relación. En concreto, le pide siete años y medio por el primer delito y tres por el de maltrato.
Al final del juicio celebrado ante el tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia, que ha quedado visto para sentencia, la Fiscalía ha estimado la atenuante de embriaguez y ha rebajado la pena a diez años y medio entre los dos delitos, imponiéndole también la prohibición a aproximarse a menos de 500 metros de la víctima durante diez años y ocho de libertad vigilada, según han informado a Europa Press fuentes judiciales.
Durante su declaración, el acusado ha negado los hechos y ha remarcado que "jamás de los jamases" insultó, pegó ni violó a esta mujer con la que convivía en una casa alquilada en Écija con sus hijos, ambos de relaciones anteriores.
Sobre la noche de los hechos, el 12 de julio del 2013, cuando supuestamente se produjo la agresión sexual, este hombre ha asegurado que llegó a la casa sobre la medianoche pero se marchó "para no discutir" porque se ponía "histérica" y regresó una hora después porque sabía que en ese tiempo "se le pasarían los nervios". Así como que llegó y se acostó hasta por la mañana.
Al día siguiente, ha relatado, a mediodía comenzó otra discusión, momento en el que se marchó de la casa con su hija tras pedirle que "recogiera sus cosas y dejara la llave", a lo que ha añadido que cuando volvió por la tarde ella "le dijo de todo" a su hija y asegura que llamó a la Policía, una versión que ésta sostiene, quien ha señalado ante el juez que "nunca" los escuchó discutir ni vio ninguna agresión.
Por su parte, la denunciante, visiblemente afectada y protegida con una mampara, ha señalado que fue "muy maltratada, de palabra y de hecho". "Me decía que yo no servía para nada y que tenía una cara que nadie me iba a querer. Hasta me decía qué tenía que comer y cómo vestir y yo lo consentía porque le tenía mucho miedo".
De hecho, ha remarcado que el acusado "le hablaba de sicarios y que le haría daño a su familia y yo me creía todo lo que él me decía". En cuanto a los hechos del 12 de julio, ha asegurado que el se marchó y, como sabía que "volvería borracho", se hizo la dormida en la cama y, tras varios intentos por su parte de forzarla, primero en el dormitorio, después en el patio y finalmente en el comedor de la casa, "para que los niños no escucharan nada", acabó "cediendo".
Al día siguiente, ha asegurado que él volvió a insultarla y cuando le dijo que lo iba a denunciar, éste le aseguró que "si se iba de la casa se daría un cabezazo contra la pared y llamaría a la Policía culpándola".
Por último, ha asegurado que tras esta primera denuncia, aunque hubo una anterior cuando vivían en Salobreña (Granada), pero que retiró y le "pidió perdón", según el acusado, esta mujer ha interpuesto otras posteriores por quebrantamiento de la orden de alejamiento.
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