El Ayuntamiento se ha reunido con las tres universidades sevillanas (Hispalense, Pablo de Olavide y Loyola) para pedirles su implicación en el desarrollo del Plan de intervención en los barrios desfavorecidos de la ciudad, en los cuales viven 104.000 personas en números redondos. Afortundamente, ya hace bastante tiempo que la Universidad saltó metafóricamente el foso que aislaba físicamente su sede central de la antigua Fábrica de Tabacos y dejó de ser una torre de marfil, ensimismada y al margen de su entorno.
El mejor ejemplo lo viene dando desde hace 15 años la UPO, que decidió instalar su residencia estudiantil Flora Tristán en el barrio de Las Letanías, dentro del Polígono Sur. En este periodo centenares de universitarios, hoy ya profesionales en distintos sectores, han compartido vivencias con los vecinos de un distrito estigmatizado, desarrollado programas de colaboración con las entidades del mismo y comprobado que allí ni todo es droga ni delincuencia y que viven personas honradas y trabajadoras dignas de apoyo para acabar con la imagen de gueto que las persigue. Nos parece un acierto que el gobierno y nuestras universidades trabajen codo con codo para, con el rigor y la profundidad de los investigadores universitarios, avanzar en la evaluación y aplicación de las medidas del Plan y lograr el objetivo de normalizar la vida en unos barrios tan sevillanos como los demás.
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