Las fiestas primaverales en Sevilla no sólo son un motivo para la diversión sino también una magnífica fuente para la creación de empleo y consiguiente reducción del número de sevillanos inscritos en las listas del paro, como se ha vuelto a demostrar con los datos referidos al pasado mes de abril en que, merced al impacto económico asociado a la Semana Santa, 1.787 personas hallaron una ocupación y dejaron las estadísticas del Inem. Las perspectivas para este mes de mayo van en la misma línea e incluso pueden ser mejores con la celebración de la tardía Feria de Abril y además con el formato largo acordado durante el mandato de Espadas, ya que el festejo que se celebra en el campo de Los Remedios llega hasta triplicar en creación de empleo a la Semana Santa.
Por tanto, la primavera festiva es también una primavera para el trabajo en la ciudad, pero no cabe engañarse: generalmente se trata de ocupaciones temporales, la mayor parte en los Servicios y vinculadas a la hostelería, el comercio y los hoteles como principales beneficiarios del turismo y donde no se demanda una gran cualificación. El ciclo productivo está tan ligado a las fiestas que casi puede predecirse la evolución del paro en función de aquéllas y su gráfico en forma de dientes de sierra. La madurez de nuestro mercado laboral se alcanzará cuando nuestra economía no dependa de los días marcados en rojo en el almanaque.
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