La Gatera

De pueblo

Aunque servidora presume de “ser de pueblo”, que lo soy porque nací en Coria del Río y mi infancia se paseó por Marchena, la cual reivindico como segunda patria

Publicado: 04/04/2019 ·
23:10
· Actualizado: 04/04/2019 · 23:10
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Autor

Rosa G. Perea

Rosa G. Perea es escritora. Es cofundadora del Club de Lectura del Ateneo de Sevilla y editora en Almuzara

La Gatera

Como escritora, editora y colaboradora en medios de comunicación, Rosa G. Perea habla de todo, predominando la cultura

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Aunque servidora presume de “ser de pueblo”, (que lo soy porque nací en Coria del Río y mi infancia se paseó por Marchena, la cual reivindico como segunda patria), cierto es que realmente nunca he vivido en el entorno rural. Pero, como todo urbanita con delirios snobs, he fantaseado con las delicias de vivir y teletrabajar en un pueblo. La cercanía de los vecinos, la paz de las calles, inviernos de chimeneas y veranos de patios con limoneros y pájaros… ¿A qué suena muy bien? Claro que sí. Pero y ¿si mi cobertura de internet no es de fibra?, ¿o no puedo ir a mi club de lectura, a mi sala de cine favorita, o a mi librería de cabecera, sin tener que esperar dos o tres horas a un autobús de línea? ¿Y si quiero ir de vacaciones fuera y no tengo tren que me lleve hasta la ciudad donde esté el aeropuerto? Y sí… y sí… Ya no suena tan idílico, ¿verdad?

Pues esto es lo que reivindicaban el otro día más de 50.000 personas en la Plaza de Colón en Madrid. Aquellos que viven en la “España vaciada”. Donde las carencias de las que irónicamente me quejaba antes son ciencia ficción, porque hablamos de cosas más serias, mucho más necesarias. El entorno rural abarca el 90 por ciento de nuestro país, pero sólo reside en él el 20 por ciento de sus habitantes. Habitantes cada vez más viejos, porque no existen oportunidades para los más jóvenes. Sin medios de transporte dignos y las escasísimas ayudas al desarrollo del medio rural nuestros pueblos se mueren.  

Les recomiendo que lean a Alejandro López Andrada y su magnífica obra: “El viento derruido. La España rural que se desvanece”. Escrito en un tono poético y evocador, este libro es la crónica de una destrucción íntima y emotiva: la devastación de la cultura rural y la transformación de nuestros pueblos en pequeños islotes de soledad donde el tiempo parece embalsamado en una vitrina habitada por el recuerdo, en la que aún reverberan ecos y signos del ayer. Con la maestría que le acredita como uno de los autores españoles más laureados de las últimas décadas, nos sumerge en un espacio único y, desde la parte, una tierra concreta, evoca al todo, el mundo rural español. Los Pedroches, en la encrucijada donde confluyen tres regiones (Andalucía, Castilla La Mancha y Extremadura) y tres provincias (Córdoba, Ciudad Real y Badajoz), es el espacio que el autor trasciende para mostrarnos el ocaso de un universo mucho mayor y reconocible por todos.

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