El Ayuntamiento y los agentes sociales están redactando un Plan Estratégico para la ciudad con el horizonte del año 2030, para el que han partido de un diagnóstico previo según el cual la razón de la caída del Producto Interior Bruto, acentuada desde la crisis económica, se ha debido a la desindustrialización. Los datos no dejan lugar a dudas: un 28% del empleo está vinculado al turismo y tan sólo un 12% a la industria. Esta proporción no llega al 20% marcado por la UE como objetivo general, ni siquiera al 18% de la Estrategia Industrial de Andalucía que propuso la Junta para el año 2020. Y es que mientras en Sevilla hay 10.397 empresas en el sector turístico, son menos de mil las pertenecientes a la nueva economía digital.
La conclusión de los redactores del Plan Estratégico municipal es obvia: hay que reindustrializar Sevilla para no seguir perdiendo riqueza y generar empleo de calidad. Dijimos que el papel lo soporta casi todo y este documento es la prueba, porque este Ayuntamiento que habla de fomentar la industria es el mismo que está dispuesto a recalificarle al puerto 465.622 m2 de suelo industrial en el Batán para la implantación de los famosos usos terciarios, o sea comercios, oficinas, hoteles y similares, en línea con otras recalificaciones a la vista como la de Altadis. ¿Para qué sirve el Plan Estratégico si a la hora de la verdad el Ayuntamiento se pliega a las estrategias empresariales particulares?
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