A Espadas se le achaca que llegará a las elecciones de mayo sin haber logrado la ejecución de ninguna gran obra que pueda asociarse a su figura, máxime tras la fracasada ampliación del tranvía. No se valora lo suficiente el hecho de que, en plena crisis económica además, el alcalde se encontró con la mayoría -por no decir todos- de los proyectos municipales heredados de sus antecesores empantanados por diversas causas, fundamentalmente urbanísticas. Pacientemente, en estos cuatro años ha ido eliminando la maleza administrativa y dejando aclarado el camino para su futura materialización, sea en un sentido u otro e independientemente de la opinión que puedan merecer.
Así, ha avanzado en la tramitación o despeje de incertidumbres de temas como la Gavidia, Sevilla Park, Altadis, Atarazanas, las naves de San Jerónimo, la Fábrica de Artillería, el mercado de la Puerta de Carne….que podrían iniciarse en los próximos meses o en el siguiente mandato municipal. El último ejemplo es el aparcamiento de Bami, con 600 plazas y paralizado desde hacía ocho años por la quiebra de la empresa constructora. El gobierno local ha tardado cuatro años en eliminar obstáculos y poder sacarlo a concurso para su puesta en servicio en 2020. Sin este silencioso y eficaz trabajo de desbroce administrativo el parking no se podría inaugurar el año próximo, sea quien sea el que corte la cinta inaugural.
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