María Dolores Borrás Talavera (Sevilla, 1966) lleva 26 años dando clases en la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Sevilla. Casi tres décadas después, esta profesora del Departamento de Ingeniería eléctrica reconoce que la situación no es que revierta, sino que empeora. Ante esta situación, tanto ella como un grupo de profesoras y alumnas de la Escuela, han decidido no lamentarse y pasar a la acción.
Ayer, con motivo del 11 de febrero día de la mujer y la niña en la ciencia, presentaron en el salón de actos de la Politécnica la Asociación Mujer en la Ingeniería (MELI), un proyecto con el que pretenden visibilizar a las mujeres que hacen ingeniería.
“El futuro es tecnológico. La mayoría de los puestos de trabajo de aquí a 10 o 15 años estarán en este campo y queremos que las mujeres vean que la ingeniería es una opción para ellas. Que no hay nada que les impida dedicarse a esto. Somos igual de válidas que los hombres”, sentencia María Dolores.
La presidenta de MELI tira de hemeroteca para explicar por qué sigue haciendo falta una asociación como la suya en un ámbito como el acádemico donde, desde hace décadas, las mujeres son ya el 50% del talento. “Hace tres años, con motivo del 8M, quisimos hacer una foto de grupo y vimos que éramos muy pocas. Quisimos sumar a las alumnas y comprobamos que había clases en las que sólo había dos, tres… Tomamos conciencia de que cada vez éramos menos visibles en esta área. Ahí decidimos hacer algo”.
En el caso concreto de la Politécnica, en torno al 20% del alumnado son mujeres. Con diferencias muy evidentes: en titulaciones como Diseño o Química Industrial, esta cifra sube al 40-45%, mientras en Electricidad, Electrónica o Mecánica no llegan al 10%. “Este curso -continúa María Dolores, que también es la única mujer que hay en el equipo directivo de la Escuela-, para hacer los informes de la asociación, he comprobado que el número de mujeres ha crecido un punto en la Universidad de Sevilla, mientras en la Escuela ha decrecido dos. Hay una doble titulación, como es Mecánica Eléctrica, en la que no hay ni una sola mujer matriculada”. “Las mujeres no se sienten útiles dentro de este campo”, afirma la presidenta de MELI, para la que la única manera de conseguir cambiar esta situación pasa por dar ejemplo y, sobre todo, “unirnos”. Ella y sus compañeras ya lo han hecho bajo el hastag #SOMOSMELI.
La realidad en la empresa
El porcentaje de mujeres dedicadas a la I+D en Andalucía ha aumentado su presencia en el ámbito empresarial hasta alcanzar el 23,1%. Esto supone que casi una de cada cuatro mujeres desempeña su labor investigadora en las empresas frente al 76,9% que lo hace en el ámbito público (universidades y administración pública), según los datos que maneja la Junta de Andalucía. Este personal desempeña mayoritariamente su labor en el ámbito de la enseñanza superior (universidades), donde se ubica más de la mitad del mismo (50%). Le sigue la administración pública (26,6%), las empresas (23%) y, de forma residual, las instituciones privadas sin fines de lucro (0,13%).
Así lo recogen los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y analizados por la Agencia Andaluza del Conocimiento (AAC), dependiente de la Consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad, en el informe Mujeres en el Sistema Andaluz del Conocimiento. 2017.
Este estudio refleja con cifras las limitaciones en el ascenso de las mujeres en la carrera investigadora. En el caso del llamado techo de cristal, se trata de un índice que capta las dificultades que las mujeres encuentran en su ascenso. Este indicador fluctúa en torno al valor uno, el valor que indicaría que no existe desigualdad. En Andalucía, este índice es de 1,80 (el indicador más bajo de los últimos siete años).
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