Centenares de personas se han reunido en la Plaza de San Francisco de Sevilla para dar el último adiós al dramaturgo Salvador Távora, en una sencilla ceremonia previa a su entierro en el cementerio de San Fernando y después de cerrar la capilla ardiente instalada en el Ayuntamiento.
Este acto, en el que se ha participado gente de todas las edades, ideologías y clases sociales, ha servido para reivindicar el legado de una figura que el ex Defensor del Pueblo andaluz, José Chamizo, ha resumido como "Andalucía, en el sentido más profundo del término".
El cuerpo de Salvador Távora, fallecido ayer a los 88 años, fue trasladado esta mañana del tanatorio de la SE-30 al Ayuntamiento sevillano, donde la capilla ardiente ha sido abierta a las nueve de la mañana y se ha cerrado al mediodía.
El féretro ha salido por la puerta principal del Ayuntamiento cubierto por las banderas de Andalucía y Sevilla y en la plaza ha sido recibido por la marcha ‘Stabat Mater’ interpretada por la banda de cornetas y tambores de las Tres Caídas de la capital hispalense.
Chamizo ha destacado de Távora su "lucha en la época del franquismo para avivar al pueblo y decirle que la resignación no es el buen camino" y que ya, en democracia, siguió "espoleando las conciencias diciendo que Andalucía se había dormido, y ese es su gran legado, aparte de su estilo irrepetible de teatro, valorado por artistas de la talla de Nuria Espert y artistas de todo el mundo”.
Una defensa de la cultura andaluza en la que coincide el delegado del Gobierno, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que lo ha definido como un precursor, alguien que puso en valor todo lo que era la cultura andaluza, la cultura de élite, en el mejor sentido de la palabra, desde un punto de vista innovador y original”.
La consejera andaluza de Cultura, Patricia del Pozo, ha dicho que con la muerte de Távora se viven “unos días muy tristes para Sevilla, Andalucía y España y creo que para el mundo entero, porque se nos ha ido uno de los grandes genios de la cultura andaluza, una persona que ha llevado a todo el mundo las raíces de esta tierra de una manera humilde”.
“Admiro la valentía que tuvo, cómo rompió tantos esquemas y puso el teatro andaluz en lo más alto de la cultura española y mundial”, ha dicho Del Pozo.
El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, ha puesto sobre la mesa la importancia “de una persona que empezó de la nada”, y ha resaltado que difundía “un orgullo de sentirse andaluz que le hacía ser creíble, con una personalidad fuerte”, además de ser “un creador en todo lo que emprendía, un referente para todos los andaluces y sobre todo para Sevilla”.
Espadas ha avanzado que se va a comenzar a trabajar en un homenaje a Távora de forma permanente en su barrio, el Cerro del Águila, que podría traducirse en la colocación de una estatua en su recuerdo en una plaza de la zona de Sevilla donde siempre vivió y trabajó.
Tras este breve acto, el cortejo fúnebre se ha dirigido al cementerio de San Fernando con dos coches, ya que la gran cantidad de coronas que se han enviado a la familia ha hecho necesario que se habilite un segundo vehículo fúnebre para transportarlas.
Hijo Predilecto de Sevilla, Salvador Távora, que fue soldador en su juventud, es considerado como el renovador del teatro andaluz y había sido distinguido con la Medalla de Andalucía y la Medalla de Oro a las Bellas Artes.
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