Sevilla

El boom del turismo reactiva el mercado de la hostelería en Sevilla

El aumento de los visitantes impulsa la creación de negocios y el reciclaje de otros en el casco histórico de la capital andaluza

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  • Rafael Cebolla, dueño de multitud de locales, le compra a Carlos Herrera su bar en el Paseo Colón
  • El mismo empresario adquiere también la antigua Sala Tronío, en la calle Pureza de Triana
  • La transformación que está experimentando el centro de Sevilla es, en buena medida, fruto de la nueva oferta de establecimientos

El boom del turismo está transformando el centro histórico de Sevilla. Apartamentos, nuevos hoteles... y también infinidad de nuevos negocios y servicios que emergen al calor de un dato incontestable: la llegada de visitantes a la ciudad sigue creciendo mes a mes.

Esa transformación empieza a ser notoria en el sector de la hostelería, definitivamente reactivado gracias al auge de la actividad turística en la capital andaluza. A la eclosión de nuevos establecimientos o del fenómeno gourmet asociada a bares, heladerías e incluso panaderías que empiezan a brotar por el centro, se une además el reciclaje de otros negocios, más viejos y algunos ya incluso cerrados, para adaptarse a la nueva (gran) demanda de la ciudad.

Por todo ello, los movimientos en el mercado de los negocios hosteleros se vienen intensificando. Y no sólo para invertir, sino también para lo contrario. Es momento, también, para vender.

Es lo que ha hecho, por ejemplo, el periodista y empresario Carlos Herrera, que sigue deshaciéndose de las inversiones en el sector de la hostelería en las que en su día decidió involucrarse. Desligado ya del Mercado del Barranco, donde ya se desprendió del, aproximadamente, 10 por ciento de participación que tenía en un negocio que inició de la mano del torero Fran Rivera, Herrera acaba de vender otro de los negocios hosteleros que regentaba: el bar de copas F5.

Carlos Herrera

Se trata del local que el periodista controlaba en el Paseo Colón (donde además vive), una de las zonas más cotizadas de la ciudad y, de unos años a esta parte, sector de la capital tomado por los bares de copas premium.

Según ha podido conocer Viva Sevilla, tanto esta operación como otras también iniciadas las ha llevado personalmente el hijo del periodista, Alberto Herrera Montero, formado en gestión empresarial. En el caso del local de Paseo Colón, las negociaciones se han dilatado durante semanas, pero finalmente han culminado con el traspaso del negocio.

Este periódico ha podido confirmar que el comprador es Rafael Cebolla, conocido empresario con muchísima presencia en el sector hostelero sevillano en negocios tanto de la noche como de restauración. Gallo Negro, Lobby (bar de copas y hotel de lujo), Mariatrifulca, La casa del estanque, Rockefeller y Chile, entre otros, están bajo su control.

Cebolla, de hecho, inauguró su nueva adquisición el pasado viernes (ya con su nuevo nombre, Monkey Piper), aprovechando así el inicio de un mes de diciembre muy potente para este tipo de bares de copas, donde el consumo se dispara por las comidas de Navidad y celebraciones navideñas.

Con este traspaso, Herrera se desprende de uno de los negocios hosteleros a los que más cariño le dedicó. De hecho, este local le sirvió como escaparate para su Alacena de Herrera, cuya variedad de productos grastronómicos gourmet configuraba la base de la carta de platos en F5.

También en Sanlúcar

Pero no fue éste el único local que puso en marcha con esa denominación. Abrió otro también en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), en la calle Pórtico de la localidad. Un pub del que, como ha hecho con el de Sevilla, vendió.

Pero no es ésta la única operación dentro del sector hostelero de la ciudad que se ha completado recientemente. Y, curiosamente, tampoco la única con Cebolla como protagonista.

El empresario  (que opera a través del grupo empresarial Batuta)acaba de invertir también en la compra de la antigua Sala Tronío, en la calle Pureza, junto al Altozano. Se encuentra igualmente a escasos metros de uno de sus negocios de más peso: el restaurante Mariatrifulca.

Con la adquisición de este local (que ahora tiene en obras), Cebolla pretende reforzar la oferta hostelera en la zona de Triana. Al otro lado del río, la oferta de locales de copas premium no es ni de lejos tan elevada, por lo que potencia así su presencia en el entorno de la calle Betis.

Curiosamente, a Cebolla no le van tan bien las cosas con el estanco de Puerto Delicias, que iba a ser una de las grandes novedades hosteleras del próximo año, pero que por el momento ha quedado encallado en Urbanismo por irregularidades en los permisos.

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