Sevilla

Madrugá de noviembre

La Sevilla trianera y cofrade cumple un rito que no se repetirá en un siglo: ver en noviembre a la Esperanza de Triana por Sevilla en su centenario, el sexto

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La Esperanza de Triana, madrugá de noviembre.

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La Sevilla trianera, la cofrade, la esperancista, la mariana, las sevillas que inspiraban a Bécquer o a Rossini, cumple este jueves un rito que tardará un siglo en volver, el de ver a la Esperanza de Triana en sus calles, como si fuera una Madrugá de noviembre, 600 años después de nacer su hermandad en 1418.

 

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No es una procesión, es la reafirmación de que Sevilla cuida a a sus vírgenes por encima de puentes, frío o calor, con miles de personas llenando el recorrido, un camino también con miles de matices, en el que cada persona que la ha visto en vivo se queda con algo en concreto.

De entrada, la espera, la paciente espera de los cofrades que amanecieron a las puertas de la Capilla de los Marineros, para no perderse nada en primera persona, igual que toda la gente que fue pasando por los pies de la virgen hasta que se cerraron las puertas para iniciar el recorrido, cada una con una historia, una anécdota o una promesa, hasta que a las cuatro el punto se abría el cortejo.

Antes, la llegada a la calle Pureza de las bandas de Cornetas y Tambores San Juan Evangelista y de Las Cigarreras, acompañando a un paso junto al que no iban los nazarenos que la rodean en la Madrugá de cada Semana Santa, sino un cortejo de hermanos y centenares de balcones engalanados, con mensajes para recordar la jornada histórica, hasta que La Esperanza llegaba a la Plaza del Altozano, y los rayos de sol de la tarde sevillana la acompañaban para enfilar el puente que da nombre a su barrio.

Sonaba “Esperanza de Triana coronada” cuando una inmensa petalada despedía a la virgen camino del resto de Sevilla, dejando huérfana una capilla a la que no volverá hasta el sábado por la noche, junto a un cartel que rezaba: “Dios te salve, Lucero de Triana”, con anclas, anclas por todos lados, certificando la protección hacia los marineros que se atribuye a esta imagen.

 

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Desde ahí, Sevilla la ha arropado en todas sus calles, en persona o de forma virtual, con la etiqueta #1481Esperanza2018 como tendencia nacional en Twitter, con la que se podían leer los miles de mensajes que, sobre todo los ausentes, lanzaban para aguantar su lejanía lo mejor posible, sobre todo los emigrantes que no han podido planificar su presencia física en Sevilla, en una jornada que es laborable y sin puente allá donde se encuentran.

 

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La tarde olía a Madrugá por sus cuatro puntos cardinales, pero con algunos cambios, como que el paso no recorre el Postigo del Aceite, uno de los sitios más cofrades de la Sevilla eterna, pero visita la iglesia conventual del Santo Ángel y el Ayuntamiento, antes de enfilar la Puerta de los Palos de la Catedral, donde estará dos días, y todo para conmemorar el sexto centenario fundacional, que tendrá su punto culminante el sábado a las11 de la mañana en el altar del Jubileo de la Seo Hispalense, presidiendo la función principal.

Allí estará la virgen con la réplica de la mítica saya de Juan Belmonte, y el tocado inspirado en un paño de hombros del siglo XIX que ha sacado adelante el bordador Julián Torres, como algunos de los estrenos que se han podido ver hoy en un paso que, cuando vuelva a su casa en dos días, volverá a colapsar las calles de su Sevilla y su Triana, y volverá a reafirmar la eterna promesa de su ciudad de arropar a sus vírgenes siempre que salen a la calle, ya sea en plena Semana Santa o en un cumpleaños tan especial como el que celebra.

 

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