El lince ibérico Opilano ha sido liberado hoy en Puebla del Río (Sevilla) tras no adaptarse el pasado mes de mayo a los terrenos de Villafranca de Córdoba.
El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, José Fiscal, ha indicado hoy en la liberación del lince que la suelta tiene como objetivo el refuerzo genético de la población de lince en la zona de Doñana-Aljarafe, según ha comunicado hoy la Junta en una nota.
Desde 2007, diez linces han sido liberados por la región andaluza con el objetivo de aumentar la variabilidad genética de la población.
El consejero ha señalado que "el refuerzo genético es un elemento más de los resultados que la protección y conservación del lince ibérico", y ha afirmado que "los buenos datos se deben a muchos factores, como el trabajo científico, la colaboración de los propietarios de fincas, el compromiso de diversas asociaciones y la puesta en marcha de políticas para recuperar esta especie".
En el pasado 2002 se estimaba que la supervivencia de esta especie no iba a ser una empresa fácil ya que sólo quedaban 95 individuos de lince ibérico en el mundo, todos éstos en Andalucía, y actualmente se alcanzan 593 ejemplares, según el último censo oficial.
Por lo tanto, la población de lince ibérico ha pasado de ser una especie en 'peligro crítico de extinción' a una 'especie en extinción', según el listado de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
De esos 593 linces ibéricos, 448 campean por Andalucía, la región que ha sido "impulsora tanto de la conservación como de las políticas de reintroducción del felino más amenazado del planeta", según la nota.
Fiscal ha valorado que el trabajo desempeñado por la Junta de Andalucía, con un proceso de aciertos y errores, ha propiciado que se haya podido dar el salto con garantías a otras zonas de la península ibérica.
A finales de los años 80 empezó el recorrido para evitar la desaparición del lince con la aplicación de políticas de conservación por parte de la Junta de Andalucía, a las que posteriormente se materializaron en medidas concretas articuladas por programas LIFE de la Unión Europea, hasta llegar al actual, el LIFE+Iberlince.
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