El abogado Agustín Martínez, que defiende al miembro de la Manada Ángel Boza, ha calificado hoy de "paradójico" que el fiscal pida 4 años de cárcel a su cliente por robo con violencia de unas gafas de sol cuando los vigilantes del centro comercial donde se produjo reducen la petición a dos años y medio.
En declaraciones a los periodistas, Martínez ha criticado haberse enterado por la prensa del escrito de acusación del fiscal que aún no le han notificando y ha denunciado que "da la sensación de que existe un ánimo especial de ejemplarizar y dar un tipo de justicia más allá de los estrictos hechos" por los que Boza ha sido procesado por el Juzgado de Instrucción 16 de Sevilla.
Considera "paradójico" que la Fiscalía pida para el miembro de la Manada -en prisión provisional desde su detención el 1 de agosto por robar unas gafas de sol en unos grandes almacenes y atropellar presuntamente a los vigilantes de seguridad en su huida- una pena mayor que la que solicitan la acusación particular ejercida por las "supuestas víctimas".
Tanto el fiscal como la acusación particular consideran los hechos constitutivos de un delito de robo con violencia y otro leve de lesiones, por los que el Ministerio Público pide cuatro años de cárcel y una multa de 300 euros.
Por su parte, los vigilantes de seguridad reclaman dos años y medio de prisión y 360 euros de multa, así como una indemnización a uno de ellos de 234,32 euros por los siete días de recuperación de la contusión que sufrió en "la pared abdominal derecha con hematoma subyacente" como consecuencia del golpe propinado por Boza en su huida con el coche.
En su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Efe, sostienen que el otro vigilante, jefe de seguridad, también sufrió un golpe en la mano aunque no necesitó asistencia médica.
Sostienen que el jefe de seguridad le dio el alto por la ventanilla del conductor que estaba bajada cuando Boza introducía el tique en la máquina para salir del aparcamiento de los grandes almacenes, ante lo que éste "acelera violentamente con un volantazo y se cambia de carril de salida".
Allí estaba el otro vigilante que "vio cómo se le echaba el coche encima y tuvo que moverse para evitar ser atropellado, cosa que no consiguió totalmente pues el coche impactó con su costado derecho, llegando a perder la verticalidad aunque no llega a caer al suelo".
Sostiene la acusación particular que si las lesiones sufridas por este vigilante "no fueron más graves no fue por la acción del ahora investigado" quien "tuvo un temerario respeto por la vida del vigilante", sino por la reacción de éste.
Añade que la "violencia o intimidación" de Boza en su huida no acabó entonces pues el jefe de seguridad intentó incerceptarlo de nuevo en la rampa de salida pero siguió haciendo caso omiso y aunque se apartó, el coche le golpeó la mano.
Boza -condenado a 9 años de prisión por abusos sexuales a una joven en los Sanfermines de 2016 junto a los otros cuatro miembros de la Manada- estaba en libertad bajo fianza desde el 22 de junio a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia de Navarra resuelva los recursos sobre esa condena.
Su abogado planteará en su escrito de defensa la inexistencia del robo con violencia y que sea juzgado sólo por el hurto de las gafas reconocido por él ante la Policía y el instructor, así como la puesta en libertad a la espera del juicio, a la que se opone el fiscal y que ya denegó el instructor, por lo que está recurrida a la Audiencia.
No ve riesgo de fuga ni de reiteración delictiva y destaca que el fiscal aunque en la vista en la que solicitó la prisión provisional apuntó a sus antecedentes penales por robo, en el escrito no los ha hecho constar porque no existen (está pendiente de ser procesado por un robo de cinco gafas en San Sebastián el día antes de la violación de los Sanfermines pero aún no lo ha sido)
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