Leo con verdadero estupor que el pasado sábado la cadena Telecinco dedicó su programa Sábado Deluxe a la recaída sufrida por Terelu Campos de un cáncer de mama. Digo estupor no porque se hable sobre el cáncer, y sobre cómo diferentes personas se enfrenta a ello. Creo que es muy positivo ver esa actitud luchadora para personas que estén pasando por lo mismo. Ya decía Einstein que dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás, sino que es la única. Y si el ejemplo viene de personas conocidas, quizás su área de influencia sea mayor y, sobre todo, mejor. Pero hay muchas formas de hacerlo. Hay quienes escriben un libro, otras se hacen voluntarios en organizaciones, y otras, ¿por qué, no?, lo cuentan en un programa de televisión. Pero no así, señores de Telecinco.
En el año 1932 se estrenó en los cines una extraordinaria película: “Freaks, la parada de los monstruos”. Seguro que la recordarán. Fue tal el escándalo que hasta los años sesenta la película no pudo verse con normalidad. Hicieron falta casi treinta años para que nuestros estómagos se acostumbraran a la visión cruda de la naturaleza. Décadas después, nuestros estómagos están hechos a cualquier cosa. Incluso a que una señora (Dios la ayude y encuentre pronto su recuperación) se deje manipular por las fauces desgarradoras de una cadena de televisión y un productor sin escrúpulos ni ética.
Pero lo que realmente me ha causado estupor, ha sido la audiencia del mismo. Un 17, 8%. Casi la misma que tuvo la ceremonia de inauguración del Mundial de Fútbol. De cada 100 personas que el sábado, a esa hora, estaba viendo la televisión casi 18 estaban viendo este programa. Por cierto, a la misma hora más o menos, la cadena pública ofrecía la maravillosa película “La chica danesa”, con la historia real del artista Lili Elbe, la primera persona transgénero que se sometió a una operación de reasignación de sexo, en los años treinta.
Y es que somos nosotros los que consumimos esto, los que hacemos que siga girando la rueda. ¿Saben porque ya no se venden disquettes de 3.5, o pilas de petaca, o cintas de VHS? Porque no hay consumidores. Si queremos una televisión mejor, dejemos de ser consumidores de esta basura. Así de fácil.
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