La poeta Carmen Camacho ha dedicado al aforismo parte de su producción literaria, de sus investigaciones literarias y de su actividad pedagógica y, tras publicar la antología "Fuegos de palabras", ha dicho a Efe que para escribir un aforismo poético hay que "pensar con la mirada".
Publicada por la Fundación José Manuel Lara, la antología crítica "Fuegos de palabras" reúne aforismos de 48 autores de los siglos XX y XXI y, según su seleccionadora, propone "un recorrido por una variante muy destacada del aforismo contemporáneo español: los aforismos poéticos y lúdico-poéticos".
Autora de los libros de aforismos "Minimás" y "Zona franca", Carmen Camacho ha asegurado que ese "pensar con la mirada" no significa renunciar a la reflexión, como demuestran con sus aforismos los 48 autores que ha seleccionado para esta antología
En la variante del aforismo que Camacho denomina "poética" o "lúdico-poética" confluyen textos de diversa orientación y alcance, según su propia enumeración: los aforismos de imágenes, brevedades emparentadas con el fragmento romántico y antiaforismos heredados de las vanguardias históricas.
"He aquí una singularísima tradición que no desdeña ser -como diría Juan Ramón Jiménez- 'clarisintiente', abierta a la hibridación, al arte, al pensamiento poético, a la orientalidad o al ludismo como posibilidades estéticas y de acceso a la comprensión de la realidad", ha explicado.
Al seleccionar autores, la antóloga se ha interesado "especialmente por los precursores a partir de los cuales es posible trazar la genealogía de una tradición que ha llegado con fuerza renovada hasta nuestros días".
La nómina cuenta con autores fundacionales -y bien diferentes- como Juan Ramón Jiménez, Carlos Edmundo de Ory y Ramón Gómez de la Serna, y Camacho no ha eludido las sorpresas: "poca gente conoce los aforismos imaginistas y greguerías de Miguel Hernández, o la parodia, tan socarrona, de Federico García Lorca a los aforismos de Bergamín".
Igualmente vindica "autores prácticamente desconocidos como es el caso de Antidio Cabal y Arturo Soria y Espinosa" y reserva un espacio "a los antiaforismos -que son a los aforismos como la antipoesía a la poesía-: Gómez de la Serna, Rodrigo Cortés? En la antología no podían faltar Cristóbal Serra, Dionisia García, Max Aub, Vicente Núñez, Rafael Pérez Estrada o Ángel Crespo".
En cuanto a aforistas más recientes con libros publicados hasta 2014, propone a los que "en la actualidad recogen el legado de la aforística poética española y hacen brillar la razón poética en sus fuegos de palabras".
Más que de género, Camacho prefiera hablar "de un estado aforístico, de una manera de pensar y entender netamente aforística, surgida de una especie de chispazo o revelación".
A la hora de definir el aforismo, Camacho recurre a Umberto Eco ?No hay nada menos definible que el aforismo?, y ha señalado que "es imposible ponerle a las 'ideas liebres' -así las llamaba José Bergamín- el cascabel".
Los aforismos "son algo así como islas de sentido pleno rodeadas de silencio -o espacio en blanco- por todas partes; son verbo en ascuas, frases de racimo, idea emocionada, fogonazos; saben darle un buen meneo a la realidad, estremecerla y estremecernos; cuando siento un aforismo palpitar dentro del puño, sólo sé que, cuando abra la mano, ha de volar".
"Además de fuegos de palabras, yo los llamo -ay, válgame san Juan de la Cruz- 'las ínsulas extrañas'?, ha añadido, para concluir:
"De todas las variantes de las formas aforísticas es ésta -la poética en su sentido profundo y amplio- la más indefinible, transgenérica, insurgente; estos textos son capaces de fintar, en un ágil movimiento de cadera, o directamente transgredir, los principios esenciales de la aforística clásica; también sus autores suelen ser los menos etiquetables, los más libres, indagadores e inclasificables de su casa y generación"
Sobre las causas de la actual afición y proliferación de aforismos y aforistas, Camacho ha señalado que "en España ahora los aforismos conceptuales y sentenciosos conviven con los más intuitivos y plásticos; limitamos al norte con lo gnómico, al sur con lo sensorial, al este con la contemplación y el silencio, al oeste con la razón y su reverso".
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