Sevilla

Curiosidades de la feria

Creada por un vasco y un catalán, incluso llegó a convivir con la Semana Santa

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  • Trajes de flamenca en el Real. -

No hay duda de que la Feria de Abril de Sevilla traspasa fronteras y es archiconocida en gran parte del globo, pero esta original y más que centenaria celebración tiene algunas curiosidades que ni siquiera algunos sevillanos conocen. 

La primera de ellas tiene que ver con su origen y fundadores. Curiosamente tuvieron que ser un vasco, José María Ybarra, y un catalán, Narciso Bonaplata, quienes la fundaran, inicialmente como feria ganadera. Estos dos personajes, dos hombres de negocios que solían viajar por toda España, quedaron prendados, en uno de esos viajes, por la belleza de Sevilla y la bondad de su clima y en 1846 decidieron inaugurar la que sería primera edición de la Feria. Con el paso de los años, aunque ya sin el ganado como protagonista, la celebración evolucionó y se transformó en lo que ahora conocemos como la mejor Feria del mundo. 

A pesar de ser una fiesta eminentemente laica, la religión, aunque no de manera protagónica, también ha estado presente. Hubo una época en la que la Feria coincidía con la Semana Santa. Pero el crecimiento y auge de ésta hizo que se retrasara la Feria. Algunos años y, dependiendo de las fechas de la Semana Santa, la Feria se ha celebrado, total o parcialmente, en el mes de mayo. 

En temas políticos es realmente curioso lo que ocurrió en 1931. Ese año la celebración tenía que arrancar sólo tres días después de proclamarse la Segunda República y tuvo que hacerse un trabajo de intendencia y protocolo realmente llamativo. Así, hubo que cambiar, en tiempo record, todas las banderas “rojigualdas” tradicionales por la tricolor republicana, circunstancia que hizo trabajar de lo lindo a funcionarios y trabajadores municipales de la época, además de algún que otro voluntario. 

Una de las ferias más tristemente recordadas fue la de 1990, por no poder celebrarse el tradicional paseo diario de caballistas y carruajes. La razón fue la epidemia de peste equina, que golpeo sin piedad a miles de animales y cuyos efectos se hicieron sentir en el Real, ya que era totalmente imposible el traslado de caballos desde cualquier punto. 

Los sevillanos siempre han sido tradicionalmente reacios a grandes cambios en la Feria, por lo que los traslados han sido muy criticados históricamente. Sobre todo el que llevó a la Feria desde el Prado de San Sebastián a su ubicación actual en el barrio de Los Remedios.  

Muchos pensaban que se atacaba el tipismo sevillano de la feria si se trasladaba a un barrio. El tiempo acabó quitándoles la razón ya que, como se ha demostrado repetidamente, la feria evoluciona con los tiempos y son los sevillanos quienes van administrando los tipismos para adaptarlos a los nuevos tiempos. Prueba de ello es el cambio de los días de duración y del tradicional “Lunes del Pescaito” al sábado, que poco a poco va contando con la aprobación incuestionable de la gran mayoría de los sevillanos, en palabras del propio alcalde Juan Espadas. 

En palabras del recientemente desaparecido escritor, periodista e historiador Nicolas Salas, “la Feria la viven los sevillanos de cada época de acuerdo con su idiosincrasia temporal, manteniendo las raíces básicas, pero adaptándolas a las nuevas circunstancias sociológicas. 

Pongo como ejemplos incuestionables la evolución de los vestidos femeninos y masculinos, los cambios en los horarios del paseo de caballos y las músicas. De manera que la Feria actual es esencialmente la misma en sus raíces que las del siglo XIX, pero distinta en sus formas etnográficas”.

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