El debate del estado de la ciudad ha estado marcado, como no podía ser menos, por el desencuentro más que evidente de los dos grupos municipales que apoyaron a Juan Espadas como alcalde de Sevilla hace dos años. Pero frente a la “mano tendida” del PP para apoyarlo en los dos próximos años de mandato para salir de la “parálisis”, Espadas ha optado por reiterar que su predilección está más a la izquierda, aunque eso le cueste que “le chillen o le griten” o le reprueben “a todo mi gobierno o incluso a mí” porque no va a desarrollar el programa del PP.
Las últimas frases del alcalde en su intervención ante el Pleno resumen buena parte del estado de la ciudad y del discurso del PSOE, al que le han recordado, y con creces, su situación de minoría, sus incumplimientos, su continuidad de las políticas anteriores, su falta de iniciativa en determinadas áreas y, sobre todo, el malestar de los vecinos con un cambio que no acaba de producirse.
De hecho, especialmente duras han sido las intervenciones de los portavoces de Participa Sevilla, Susana Serrano, y de Izquierda Unida, Daniel González Rojas, esforzándose en dejar claro que su desencuentro con los socialistas no era fruto del “berrinche” por el desalojo policial, la gota que colmó el vaso ante sus incumplimientos.
Siguen -dicen- los desahucios, sin plan de movilidad, continuidad con los proyectos de Zoido (especialmente en parques y jardines o en modelo privatizador de deportes), sin participación real, indicadores en retroceso (pobreza, competitividad turística, bicicleta), obras en los colegios, especulación y modelo obsoleto (Hacienda El Rosario o Palmas Altas)... Fueron algunas de las más importantes referencias que Serrano y González Rojas le hicieron a Espadas, a quien parecía que la oposición se la estaban haciendo más sus socios de investidura que el PP.
Y de hecho, a esas críticas conocidas le dedicó buena parte de su discurso el alcalde, que abrió sesión leyendo su discurso porque, como él reconoció, quería aportar datos frente a la “sarta de afirmaciones falsas” que ya preveía que se iban a ofrecer en el debate.
Espadas se defiende
Espadas defendió sus esfuerzos por hacer un ayuntamiento “más útil, más social y más cercano” en un contexto “asfixiante” por las normas estatales y con “limitaciones”. “Nadie ha regalado nada, sino que se ha negociado cada punto y cumplido los acuerdos al máximo” de sus posibilidades, por lo que pedía “pensar en lo que une” y dejar las “estrategias electoralistas”.
Defendió sus esfuerzos -y después lo hizo también muy vehementemente el portavoz Antonio Muñoz- por reducir una pobreza “que escuece”, manteniendo los servicios sociales, de la mujer, los programas de atención, con planes de empleo que han beneficiado a 6.000 personas, con innovación y cláusulas sociales, recuperando Emvisesa y evitando los desahucios, con garantía de suministros básicos... Y siguió defendiendo cambios normativos que dejen de encorsetar la plantilla municipal, poniendo en evidencia que, a pesar de todo, ha habido mil contrataciones y nuevas convocatorias.
Pero el discurso de Espadas no convenció a nadie. Si IU lo había resumido en un “se le está poniendo cara de Zoido” y Participa en “dos años de fuegos de artificio”, Javier Millán (Cs), que apoyó sus últimos presupuestos, le recordó como la tripe i, “de incapacidad, incompetencia e incumplimientos”. Millán, además, pasó en su discurso de sacarle los colores con el inmovilismo y el continuismo de las políticas de Zoido a recordarle que, roto el “pacto del diálogo con la izquierda más extrema y radical”, están a su disposición para hacer una “política útil”.
Esa “parálisis” fue la que llevó al portavoz del PP, Alberto Díaz, con el programa que sí ganó las elecciones, a tenderle la mano a Espadas y sacarle de su “insolvencia”, de la “bisutería” que una “joya como Sevilla” no se merece. Díaz coincidió con el resto de portavoces en sus críticas a Espadas y le recordó que el mayor “zarpazo” se lo ha llevado al “bailar con lobos”, en referencia a Participa e IU. Programa de Zoido en mano, le ofreció a Espadas su apoyo en aquello que beneficie al interés general.
“Lo que no tengo claro es gobernar con el programa del PP”, le contestaba Espadas tras reconocer que, pese a las críticas, a que le chillen o a que le griten, “tengo cierta predilección” por los grupos de Participa e IU, “aunque reprueben a la mitad de mi gobierno o a mí mismo”.
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