La Audiencia de Sevilla ha condenado a cinco años de cárcel y a cuatro de inhabilitación a un médico acusado de falsificar dos recetas para conseguir Viagra a través de un compañero al que engañó con los datos de una paciente que había muerto.
El valor de las recetas asciende a 2.169 euros, dinero que el médico no pagó y que tendrá que pagar en concepto de indemnización al Servicio Andaluz de Salud, que actuó como acusación particular, según recoge la sentencia, a la que ha tenido acceso Efe a través del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
La sección primera de la Audiencia de Sevilla condena al médico C.C.C. a 4 años y medio de cárcel por el delito de falsedad en documento oficial cometido por funcionario público y a seis meses de prisión por el de estafa.
En el fallo judicial, la Audiencia eleva la solicitud de indulto parcial para el médico, que trabaja como cirujano en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, para que la condena se reduzca a dos años de prisión y a otros dos de inhabilitación.
La Audiencia justifica esta reducción "considerando que las penas legales que procede imponer por los hechos enjuiciados, aun siendo estos graves, pueden resultar desproporcionadas, en cuanto limitada la conducta mendaz y fraudulenta a dos recetas y a un importe no muy elevado".
Para obtener las recetas, el condenado acudió el 7 de agosto de 2014 a la consulta de otro médico especialista de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca Avanzada y Trasplante Cardíaco del mismo centro hospitalario.
Con el pretexto de que precisaba un medicamento para una familiar que estaba siendo tratada fuera del centro, le pidió al compañero que le rellenase una prescripción para pacientes ambulatorios de Sildenafilo 25 miligramos, conocido por las marcas de Viagra y Revatio.
Este medicamento tiene como indicaciones el tratamiento para la disfunción eréctil en los hombres y en general la hipertensión pulmonar, señala la sentencia.
Ante el ofrecimiento que le hizo el compañero de asistir personalmente a su familiar, el condenado le comentó que a la mujer le resultaba muy penoso desplazarse, por lo que expidió en ese momento, a su instancia, la hoja de prescripción a nombre de dicha paciente, que había fallecido el 26 de febrero de 2014.
Para ello, aportó los datos facilitados por el condenado y la información que recabaron en el sistema informático habitualmente utilizado por los facultativos, tanto del código asignado a la paciente muerta como su número de afiliación.
El condenado consignó como diagnóstico o justificación clínica a la paciente fallecida el de hipertensión arterial pulmonar severa, explica la sentencia.
Con esta hoja de prescripción, el médico condenado se desplazó al Servicio de Farmacia del Centro Hospitalario, donde el auxiliar de enfermería, después de introducir los datos en el Sistema APD-ATOS del Servicio, le facilitó 280 comprimidos de Sildenafilo así como la nueva receta de farmacia para su posterior dispensación para la continuación del tratamiento.
Con esta receta, el médico condenado acudió de nuevo el día 5 de noviembre de 2014 al Servicio de Farmacia y consiguió que el técnico que lo atendía le dispensara otros 244 comprimidos de Sildenafilo, concluye la Audiencia antes de rechazar el argumento del doctor, que atribuyó lo ocurrido a un "lío de recetas".
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