El conductor que quedó tetrapléjico tras colisionar contra una mula en el año 2004 en la carretera Utrera-Los Palacios, en Sevilla, ha reclamado al Ministerio de Justicia el pago de una indemnización de un millón de euros porque, después "de once años de lucha", sigue sin recibir la indemnización que le fue reconocida por medio de una sentencia dictada por un juzgado de Utrera.
El abogado del demandante, Fernando Osuna, ha informado a Europa Press de que su cliente, Juan Carretero Gil, de 64 años y natural de Algodonales (Cádiz), quedó tetrapléjico por un accidente de tráfico al chocar contra una mula, pero "tras once años de lucha y debido al atasco judicial de Utrera no ha recibido la indemnización que le corresponde", en concreto más de 800.000 euros reconocidos por sentencia firme.
El afectado estuvo ingresado 418 días en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y en el Puerta del Mar de Cádiz y quedó con una paraplejia y un grado de discapacidad del 99 por ciento, habiendo sido reconocida la incapacidad permanente en grado de gran invalidez.
En este sentido, Osuna ha señalado que la situación de su cliente "es desesperada", pues su estado físico es "deplorable" debido a que no puede pagarse los cuidados necesarios, "tiene el cuerpo lleno de llagas" y sondas para orinar, "su esófago está deteriorado, el cuerpo amoratado, el estómago le funciona mal, padece una depresión nerviosa muy grande, defeca con la ayuda de medicamentos, y para bañarlo hay que usar una grúa ortopédica".
Por todo ello, su patrocinado inició una huelga de hambre "de la que desistió", ha explicado el letrado, que ha puesto de manifiesto que su situación "se podría haber solucionado si el juzgado de Utrera hubiera tramitado con normalidad el juicio, pero el atasco del juzgado se lo impide".
De este modo, y como medidas "extraordinarias", el abogado va a solicitar una indemnización de un millón al Ministerio de Justicia "por el funcionamiento anormal" de la Administración, "estando amparados por la Ley Orgánica del Poder judicial, que abre esta vía extraordinaria", punto en el que ha precisado que "800.000 euros fueron reconocidos por sentencia", cantidad a la que hay que sumar 200.000 euros "por daños morales y otros conceptos".
Asimismo, presentará un recurso de amparo "al ser vulnerado su derecho a una tutela judicial efectiva y a un proceso sin dilaciones indebidas --artículo 24 de la Constitución española--", elevará una queja ante el Defensor del Pueblo y pondrá los hechos en conocimiento del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Además, elevará el asunto al decano del Colegio de Abogados de Sevilla, José Joaquín Gallardo; a la Consejería de Justicia e Interior de la Junta; a las asociaciones y entidades de discapacitados; a todos los medios de comunicación, y a los ayuntamientos de Utrera y Algodonales.
LOS HECHOS
Fernando Osuna ha recordado que la demanda civil se dirigió contra tres propietarios de la mula y contra una cuarta persona dueña de la finca donde se guardaban los animales, todos los cuales ya fueron absueltos en vía penal tras celebrarse un juicio contra ellos hace siete años.
Los hechos tuvieron lugar sobre las 19,55 horas del día 29 de febrero de 2004, hace ya nueve años, cuando J.C.G. circulaba con su vehículo por la carretera A-362 que une Utrera y Los Palacios para dirigirse desde su localidad de residencia, Algodonales, donde había pasado el domingo con su mujer e hijos, hacia su lugar de trabajo en Rociana del Condado (Huelva), donde se dedicaba a la recogida de la fresa.
A la altura del kilómetro 5,600 de dicha carretera, según sostiene la demanda, una mula se interpuso "bruscamente" en su sentido de circulación, por lo que el afectado no pudo evitar la colisión con el animal, que murió a consecuencia del impacto, mientras que el conductor sufrió "graves" heridas y tuvo que permanecer ingresado durante más de un año en un centro hospitalario, quedando tetrapléjico.
El abogado defiende que, en el momento de la colisión, el demandante "estaba circulando de forma correcta y a velocidad ajustada, sin que exista ninguna prueba que lo contradiga", por lo que el accidente se produjo "por encontrar el vehículo accidentado un obstáculo inesperado, una mula, que se interpone repentinamente en su carril y sentido de circulación".
CAMBIO "BRUSCO" DEL SENTIDO DE LA MARCHA
Al hilo, el letrado asevera que dicha mula "se encontraba transitando sin control junto a otra mula y cambió bruscamente su sentido de la marcha para invadir el carril por el que circulaba" el afectado, para quien "fue imposible prever esta circunstancia", pues además "era de noche", por lo que "no se podía divisar a las dos mulas hasta llegar prácticamente a su altura al no llevar distintivos que permitieran divisarlas a distancia".
"La única causa del accidente fue la aparición repentina de la mula", subraya el abogado, quien dice que los propietarios del animal, que niegan este extremo, "denunciaron el robo de dos mulas en su finca", ubicada junto al lugar del siniestro, al día siguiente del mismo, tras lo que se sólo fue hallada una, "pero no la otra, por razones lógicas".
El abogado señala que, en el atestado de la Guardia Civil, "se aportan datos que concluyen de manera definitiva que la mula que ocasiona el accidente es una de las dos mulas desaparecidas de la finca" de los demandados, punto en el que indica, asimismo, que las mulas "podían salir libremente" de la finca en cuestión "al no existir cerramiento que lo impida en los laterales".
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