El reloj es la metáfora política más usada por los últimos alcaldes sevillanos. Zoido, para contraponer su gestión a la improvisación de que acusaba a Monteseirín, acuñó la imagen de que Sevilla funcionaría en su mandato con la precisión y regularidad de un reloj suizo.
En el programa con el que se se presentó a las elecciones, bajo el lema ‘gobernar para la mayoría’, el nuevo alcalde, Juan Espadas, se preguntaba: ¿Qué se ha hecho en Sevilla en estos cuatro años? Y se daba él mismo la respuesta: “Desgraciadamente, en la mayoría de los asuntos cruciales de esta ciudad, no hemos avanzado nada. El reloj se ha parado y los que prometieron todo ahora están disculpándose porque no han podido o no han tenido tiempo y siguen buscando culpables para eludir su responsabilidad con argumentos peregrinos o manidos… Hay que recuperar el tiempo perdido…”.
Esa recuperación del tiempo perdido pasa por dar cuerda al simbólico reloj de Sevilla en los tres ejes prioritarios de su discurso de investidura: políticas que fomenten el empleo y la vivienda y que palien la situación de emergencia social en que se encuentran muchos colectivos ciudadanos, empezando por los 85.694 sevillanos en paro.
A todos ellos lanzó un mensaje especial el pasado sábado, tras ser elegido alcalde: “A quienes llevan años buscando un puesto de trabajo; a esos hogares que tienen que recurrir a ayudas sociales urgentes porque carecen de recursos; a quienes no pueden pagar la luz, el agua o el gas; a quienes no pueden mantener una vivienda. Sois mi prioridad. Sois la prioridad de este gobierno. Y sois la prioridad de esta nueva corporación municipal”.
La vivienda
¿En qué medidas concretas se va a plasmar esa prioridad? Preguntado en un coloquio periodístico en vísperas de las elecciones sobre cuál sería la primera medida que adoptaría en caso de que fuera elegido alcalde, Espadas contestó que entregar todas las viviendas vacías en el parque de Emvisesa, una medida que tiene fecha límite en su programa electoral y que además le han exigido cuanto antes en los pactos de investidura tanto IU como Participa: el 31 de diciembre de 2015. A tal fecha, que muy probablemente se adelantará en el reloj político del nuevo alcalde, no debe quedar ninguna vivienda municipal desocupada.
La vivienda se convertirá además en un instrumento de reactivación económica para crear empleo y atender a los 17.000 demandantes que había inscritos en el Registro de Emvisesa, la cual no ha construido una sola nueva VPO en los cuatro años del mandato de Zoido, pese a que éste prometió 1.000 anuales, hasta un total de 4.000.
Conforme a su programa electoral, Emvisesa recuperará el liderazgo perdido, con dos grandes líneas de actuación: la elaboración de un nuevo Plan Municipal de Vivienda, que sirva también de orientación a los promotores privados, y la rehabilitación de barriadas en colaboración con la Junta de Andalucía.
Aquí, el nuevo alcalde podrá añadir el plan que defendió en el Senado de rehabilitación energética para propiciar el ahorro de energía y, de paso, impulsar todo el tejido productivo especializado en este campo.
Empleo público
Sevilla tiene en esta corporación municipal 31 concejales, dos menos que en las anteriores porque por primera vez desde las elecciones municipales de 1991 su población ha bajado de los 700.000 habitantes, en otro síntoma de los efectos de la crisis y de su estancamiento como ciudad. Según el diagnóstico del equipo de Espadas, a esta caída demográfica ha contribuido la emigración de 9.000 jóvenes en los últimos años, de ahí que la juventud fuera destinataria de otra parte de su discurso de investidura, en estos términos: “No podemos seguir así. Tenemos que encontrar oportunidades para vosotros, porque Sevilla os necesita… La ciudad del futuro la vais a construir vosotros”.
Independientemente del empleo privado que pudiera crearse, el nuevo gobierno local va a procurar impulsar el empleo público, empezando por el propio Consistorio. El mandato de Espadas en su programa es que “todo el patrimonio y todos los recursos deben ponerse al servicio de la generación de empleo, y el Ayuntamiento debe empezar por el empleo público, que se ha reducido sensiblemente en estos cuatro años, causando un grave deterioro a los servicios municipales y la pérdida de cientos de puestos de trabajo”.
El equipo de Espadas ha evaluado en más de 120 millones de euros los recortes realizados en el anterior mandato en gastos de personal, y en más de 800 las plazas vacantes, muchas de ellas pertenecientes a servicios declarados esenciales.
Revisión
El nuevo gobierno va a revisar cuanto antes la plantilla municipal, con el fin de proceder a la cobertura progresiva de las plazas vacantes, priorizando los servicios esenciales, y a activar las bolsas de empleo. La apuesta por un carácter público en la prestación de los servicios va a implicar la revisión de la política de privatizaciones y de reducción de plantilla municipal, fundamentalmente en el ámbito de las instalaciones deportivas y del macrocontrato de jardinería como el firmado con Fitonovo, para fomentar la economía social mediante su adjudicación a pymes y cooperativas.
Espadas va a hacer lo que tampoco hizo Zoido en su mandato alegando que carecía de competencias pese a haber prometido convertirse en el alcalde del empleo: un Plan Municipal de Empleo, con la participación de los agentes económicos y sociales, a través de contrataciones directas, bolsa de empleo e incentivos a la contratación de parados en asociaciones y empresas y bonificaciones fiscales.
Asimismo, va a contar con el sector de la Construcción para reformar y adecuar locales municipales vacíos para alquilarlos a precios asequibles a emprendedores y autónomos mediante una convocatoria pública a través de Emvisesa. El nuevo gobierno local va a aprovechar también las posibilidades de la ley de Cooperativas para fomentar este tipo de entidades creadoras de empleo y utilizar espacios públicos como laboratorios de innovación por parte de jóvenes emprendedores.
En esta línea, el Ayuntamiento va a crear una red de ‘coworking’ (espacios de trabajo en común) por los distritos y completar la red de centros permanentes de formación y empleo, y reactivar los existentes, como el del Polígono Sur.
Puerto, Cartuja y US
El nuevo alcalde ha repetido por activa y por pasiva que considera esenciales para la reactivación económica de la ciudad y la creación de puestos de trabajo el puerto y el parque científico y tecnológico de la Cartuja, con el apoyo de las universidades sevillanas.
La Zona Franca, que Zoido fue incapaz de materializar en cuatro años, será impulsada como espacio de desarrollo industrial, mientras que Altadis será replanteado como un espacio de servicios vinculado a la innovación, lo que supondrá la liquidación del convenio firmado en el anterior mandato con la multinacional tabaquera.
La incertidumbre también se cierne sobre Sevilla Park y el dragado del río, dos proyectos que no están expresamente apoyados, sino más bien todo lo contrario, por IU y Participa, con cuyos votos ha logrado Espadas la Alcaldía. Quizás previendo tal posibilidad, el programa con el que el alcalde se presentó a las elecciones no los cita por su nombre, sino sólo con expresiones eufemísticas: “apoyaremos proyectos estratégicos como el nuevo auditorio para grandes espectáculos … (alusión a Sevilla Park); la mejora de los accesos marítimos al puerto… (alusión al dragado del río)”, si bien en otro punto se afirma, en línea con el pacto firmado con Participa, que el dragado sólo se podrá ejecutar si se cumplen todas las cautelas ambientales previstas en la declaración de impacto ambiental.
Con un nuevo impulso al Polígono Arte Sacro y al PTC de la Cartuja, el desårrollo urbanístico del Higuerón Sur y San Nicolás Oeste (Ikea) y la puesta en carga de al menos parte de los dos millones de m2 de suelos productivos del PGOU, el nuevo gobierno local confía en que las manecillas del reloj de Sevilla echen a andar, para que así la ciudad se suba al tren de la recuperación en vagones de primera y no en el furgón de cola.
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