El próximo día 25 de noviembre, en el sevillano teatro Lope de Vega, se volverá a presentar en escena el espectáculo De Triana a las Tres mil, Boboterías.
Los muchos aficionados a este noble arte ya tuvieron la oportunidad de disfrutar de este evento en la pasada edición de la Bienal de Flamenco de Sevilla y posteriormente el espectáculo viajó a la ciudad francesa de Nimes donde triunfó claramente.
La fiesta de Bobote, artista gitano de antología, es el flamenco festivo y de convivencias. El flamenco que ama Bobote, es el que crece y resiste en los barrios gitanos de Sevilla. Bailaor y palmero de excepción es quien origina este espectáculo.
Triana, el barrio sevillano cerca del Guadalquivir, cuna de la gitanería andaluza marcó la historia del flamenco con un perfume único que provoca muchas nostalgias. Desde hace más de treinta años, los gitanos han sido poco a poco exiliados hacia las afueras, y principalmente en el barrio de las Tres Mil viviendas, hoy en día símbolo de la decadencia o de la precariedad, pero también hogar de resistencia del flamenco trianero que sigue vivo.
José Jiménez ‘Bobote’ podría encarnar él solo la saga urbana de los gitanos de estos tiempos. Hijo de un vendedor de caballos, nacido y criado en Triana, hoy instalado en las Tres Mil, Bobote el bailaor superdotado, se ha convertido a lo largo de los años en uno de los grandes palmeros del circuito profesional y una de sus figuras emblemáticas.
Con su sentido innato de la fiesta, su voz de fumador de habana y esta manera de estar y de vivir el flamenco a flor de piel, Bobote es el heredero de una cultura enraizada donde el pequeño pueblo de gitanos de Sevilla se reconoce todavía. Con él, no hay teoría, no hay discursos superfluos. El flamenco es, desde siempre, un don innato, transmitido tan simple y luminoso como un cielo de abril en la plaza de la Maestranza.
Junto a la dirección artística de José Jiménez (Bobote), Eugenio Iglesias y Torombo, participan al cante Herminia Borja, Mari Vizarraga, el Vareta y Guillermo Manzano, a la Guitarra Ramón Amador y Paco Iglesias, la percusión es cosa de José Carrasco, el Baile y compás lo aportan Bobote, Eléctrico, Torombo y Pepe Torres. La dirección técnica recae en Miguel Ángel Maguesin y la producción artística en Luis M. Rodríguez.