Ocho largos meses en una ardua labor de restauración por parte del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) ha imposibilitado contemplar en su capilla al Cristo de Marcos CabreraI durante este tiempo, pero ha permitido que el crucificado regrese a casa tal y como lo ejecutó el artista allá en el siglo XVI.
Ayer, la talla fue presentada a los medios de comunicación y al público en general tras la citada restauración del IAPH, que ha consistido en recuperar principalmente los aspectos estético de una obra muy deteriorada. Para el conocimiento de la superficie policroma se ha empleado la innovadora técnica no destructiva LIF (Fluorescencia inducida por láser), que permite extraer muestras sin dañar la obra objeto de estudio al tiempo que identifica la presencia de repintes, huellas de restauraciones, uso de consolidantes y materiales extraños en la superficie y la naturaleza de los mismos. A través de la misma se ha podido llevar a cabo la limpieza de dos barnices impregnados en la imagen en el XIX y que provocaba el oscurecimiento del crucificado.
En la presentación, en la sala de Murillo del Museo de Bellas Artes, el consejero de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, ha catalogado la talla de Marcos Cabrera como una "obra inigualable de la imaginería andaluza” y ha indicado que la restauración “ha sido todo un desafío para el IAPH que, a la vista de los resultado, ha superado con éxito y le ha devuelto la belleza y prestancia original”.
Hasta el próximo viernes, el Cristo de la Expiración del Museo y la Inmaculada de Murillo compartirán sala en Bellas Artes. Un marco incomparable, en el que ya residió la hermandad del Lunes Santo entre los siglos XVI y XVIII, y en el que todo aquel que lo desee podrá apreciar muy de cerca la maestría de la talla de este crucificado. Dicho día, será trasladado a su capilla a partir de las 20.00 horas con el rezo del Vía Crucis y que concluirá con una misa de acción de gracias.