Sevilla

El autor del atropello mortal dice que intentó esquivarlo

Juan Francisco Gámez Durán, acusado de un delito de asesinato por atropellar mortalmente en el Polígono Store a Manuel Alías García, ha asegurado que "no tuvo intención" de atropellarlo y que trató de "esquivarlo" mientras huía de un grupo de personas que intentaba agredirle

Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai

Juan Francisco Gámez Durán, el joven de 28 años de edad acusado de un delito de asesinato tras atropellar mortalmente el 12 de diciembre de 2010 en el Polígono Store de la capital hispalense a Manuel Alías García, ha asegurado este lunes que "no tuvo intención" de atropellar a la víctima y que incluso trató de "esquivarlo" mientras huía de un grupo de personas que intentaba agredirle tras una discusión previa en un restaurante del referido polígono.

   Durante su declaración en el juicio con jurado popular que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Sevilla, el acusado ha asegurado que la noche de los hechos se encontraba celebrando la cena de Navidad con sus compañeros del trabajo cuando uno de ellos le avisó de que le habían robado los espejos retrovisores de su vehículo, por lo que salió del local y pudo comprobar el robo, momento en el que "me enfurecí, arrojé un vaso al suelo y le di una patada a un coche".

   Seguidamente, y cuando subía las escaleras del establecimiento a fin de volver a la cena, se encontró con un joven que supuestamente conocía a los autores del robo "y le pedí explicaciones", pero en ese momento "me intentó agredir con un vaso de cristal", por lo que, "como respuesta, le cogí de la camisa y le golpeé", tras lo que un grupo "de más de diez personas se dirigió hacia mí con una silla, vasos y botellas rotas" mientras el joven con el que había tenido el altercado "me señalaba".

   En ese momento, una compañera del trabajo "me dijo 'vete de aquí, que te matan'", por lo que "eché a correr e intenté huir del lugar en mi coche", todo ello "mientras llovían vasos, golpeaban mi coche por todos lados y me intentaban abrir la puerta". "Fue un momento de mucha tensión y no me dio tiempo ni a encender las luces de lo rápido que pasó todo", ha explicado el acusado, para quien la Fiscalía pide 18 años de cárcel.

   "El coche estaba rodeado, por lo que realicé dos o tres maniobras" hacia atrás y hacia adelante para poder salir del aparcamiento, ha indicado, añadiendo que "no intenté atropellar a nadie en ningún momento, es más, intenté esquivarlos". Una vez consiguió sacar el coche del lugar, el acusado inició la conducción "mirando para atrás", por lo que "pude ver a personas que me seguían y que me tiraban objetos" en una especie de "batalla campal".


"DE REFILÓN"

   Así, continuó la marcha hasta que se produjo el atropello. "No vi si salió de los coches, si iba andando o si iba corriendo; vi un bulto, una sombra, casi cuando lo tenía ya encima, e intenté esquivarlo girando a la izquierda", aunque al final "le di un golpe de refilón, nunca pensé que pudiera ser tan grave". "Iba mirando hacia atrás y perdí la noción de la conducción", ha reconocido, relatando que, a continuación, "paré en el semáforo, pero seguí" conduciendo "por miedo", ya que "había dos o tres coches persiguiéndome" y creían que "me iban a matar".

   Asimismo, decidió continuar la marcha y no llamar a la Policía "por miedo" a que le cogieran conduciendo en estado de embriaguez, ya que había bebido dos cervezas, tres o cuatro copas de vino y otras tantas de alcohol, punto en el que ha negado haber proferido la frase "que se joda que yo no le robo a nadie", sino que fue al piso donde vivía con su novia "y le dije que había atropellado a una persona, pero de refilón". "Es completamente falso que lo atropellara intencionadamente", ha remarcado.

   Cuando un compañero le avisó de la muerte de la víctima "sentí pánico", ha relatado el acusado, quien ha señalado que en su huida llegó a conducir a más de 100 kilómetros por hora.


EL COPILOTO ESCUCHÓ "UN GOLPE"

   En la jornada de este lunes también ha declarado, como testigo, Juan Manuel C.H., quien acompañó al acusado tanto en la cena como, posteriormente, en el vehículo, y que ha puesto de manifiesto que el imputado realizó tres maniobras "para poder sacar el coche de allí, porque nos tenían rodeados", aseverando que "si no me monto en el coche, a mi me matan también". "Yo iba mirando para atrás y, a unos 40 metros, escuché un golpe y, al mirar, vi un bulto volando por los aires pasar por mi lado", ha precisado.

   "No pude ver si hizo algún giro o no con el coche", ha afirmado este testigo, quien ha dicho que, a continuación, "le dije que le había dado a una persona", tras lo que "nos paramos en el semáforo, y vimos dos o tres coches siguiéndonos a gran velocidad", punto en el que ha admitido que el acusado profirió la frase "que se joda que yo no le robo a nadie", pero no en relación a la víctima, sino "a cómo había acabado la fiesta, en ningún otro sentido".

   También ha declarado este lunes la novia del procesado, quien ha ratificado que éste llegó a la vivienda que ambos compartían y, "muy nervioso, me contó que creía que le había dado a una persona, pero algo leve, de refilón", todo ello "mientras intentaba huir de un grupo de personas". "Lo intenté calmar, porque estaba muy nervioso, y no le recriminé nada", negando asimismo que el acusado dijera la frase "que se joya que yo no le robo a nadie".

   Cuando le confirmaron que el joven había muerto, el acusado "se puso blanco, pálido, y comenzó a llorar", ha relatado la novia durante la primera jornada del juicio, al que han asistido, como público, el abuelo de la joven Marta del Castillo, José Antonio Casanueva, o Milagros Vargas, la madre del joven que fue asesinado en un 'botellón' celebrado en el Charco de la Pava a manos presuntamente de Óscar Riquelme, quien ingresó en prisión hasta que el TSJA decidió absolverlo por falta de pruebas.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN