La cerceta pardilla, el pato más amenazado de Europa, cría en las marismas del Guadalquivir, donde, en la zona denominada Brazo del Este, limítrofe con Doñana, se están restaurando sus hábitats, al igual que en humedales valencianos y murcianos, donde se está actuando en un total de 3.000 hectáreas mediante en un proyecto comunitario 'Life'.
La cerceta pardilla precisa para su reproducción de láminas de agua limpia que tengan entre veinte y treinta centímetros de profundidad, por lo que con estas actuaciones se trata de mejorar el estado de conservación de las zonas clasificadas "críticas" para la reproducción de la especie, y revertir el riesgo de su extinción.
Es una de las siete especies animales en situación crítica en España, aunque hasta mediados del siglo pasado abundaba en los humedales costeros mediterráneos, particularmente en Doñana, pero en las últimas décadas ha sufrido un drástico declive que la ha situado en riesgo inminente de extinción en la península ibérica.
Precisamente, una de los principales motivos del retroceso de esta especie es la degradación de sus hábitats, los humedales, unos ecosistemas sensibles que sufren directamente el impacto de la sequía, la contaminación, las barreras artificiales y otras actividades derivadas de la actividad humana.
Objetivo, lograr 125 parejas reproductoras
El número de parejas reproductoras en España, que es ya casi su único lugar de pervivencia en Europa, registró su número más bajo hace quince años, con solo 22 hembras con pollos.
La especie se mantuvo hasta 2020 por debajo de 50 hembras con pollos, mientras que en los años 2021 y 2022 han alcanzado los valores máximos en los últimos veinte años, con un censo de 99 y 95 hembras reproductoras, respectivamente.
El censo del año pasado, año de grave sequía, contabilizó 75 hembras con pollos, un 21 por ciento inferior a la reproducción registrada en 2022.
En todo el mundo, sobre todo en Asia, se calcula que existen entre 12.000 y 60.000 ejemplares -lo más probable es que sean unas 30.000-, según el subdirector de la Fundación Biodiversidad, Ignacio Torres, quien hoy ha guiado a un grupo de informadores por el Brazo del Este, junto a responsables de la Junta de andalucía y del Gobierno central, quienes han asegurado que el objetivo es lograr un mínimo de 125 parejas reproductoras en la península.
"Acciones coordinadas para la recuperación de la cerceta pardilla ('Marmoronetta angustirostris') es la denominación de este proyecto comunitario 'Life' que desde 2021 y hasta el año próximo, con una inversión de 6,3 millones de euros, desarrolla un programa de acciones de investigación, conservación, gestión y sensibilización en los lugares críticos donde se localiza el 83 por ciento de las parejas reproductoras censadas en España.
Reintroducida en Murcia, después de quince años
Estos lugares afectan a los términos de 29 municipios de Andalucía, Comunidad Valenciana y, en menor medida la Región de Murcia, donde se ha logrado reintroducir la especie tras quince años de ausencia.
La parte central del proyecto son las actuaciones de restauración de hábitats y eliminación de amenazas en las zonas prioritarias para la supervivencia de la especie, para lo cual se han adquirido 141 hectáreas de humedales.
Entre esas adquisiciones está la de la finca La Raja, en el Parque Natural de El Hondo, en la Comunidad Valenciana, de 90 hectáreas y que se suma a dos fincas adyacentes previamente adquiridas por las organizaciones SEO/BirdLife y ANSE, que suman otras 55 hectáreas.
En Andalucía, así como en el Este de la península y Murcia, además de regenerar los hábitats del Brazo del Este, el Gobierno regional está reforzando las poblaciones de cerceta pardilla mediante un programa de cría en cautividad y de la liberación de ejemplares -desde 2021 se han liberado algo más de 3.000 ejemplares cuando el objetivo inicial era un millar-.
El paraje natural del Brazo del Este es un importante enclave para la diversidad de especies por la variedad de sus hábitats, y su ubicación geográfica le confiere un importancia estratégica, ya que sirve de lugar de descanso en la escala migratoria y de hábitat alternativo a las especies de Doñana cuando las condiciones de este espacio no son favorables.
En este espacio natural se han contabilizado al menos 33 especies incluidas en el Anexo I de la Directiva de Aves, entre ellas la cerceta pardilla, y es uno de los pocos humedales andaluces en los que esta especie se reproduce.
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