La pasión de un vecino de Paradas (Sevilla) por el arte nazarí ha llevado a esta localidad de unos 7.000 habitantes a contar con un reclamo turístico al haber replicado en su vivienda algunas estancias y zonas exteriores de la Alhambra de Granada.
La pequeña Alhambra, situada en la calle Larga junto al ayuntamiento de este pueblo de la Campiña sevillana, fue creada por José Luis Romero, que, fallecido en 2020 a los 75 años, invirtió doce años de su vida en replicar de una forma perfecta algunas de las estancias y zonas exteriores del monumento granadino.
Su esposa, María del Carmen Muñoz, recuerda a EFE que siempre decía: “venga, un detallito más y la termino”. Detallito a detallito nació ‘Carmen de los Arrayanes’, cuyo nombre debe ser un homenaje a ella, que alguna vez en esos doce años llegó a creer que su marido nunca pondría punto final a las obras, “y cuando entraba en casa un albañil o un escayolista” ya no sabía qué hacer.
La réplica del monumento granadino, que se puede visitar por cinco euros, es parte de la vivienda de la familia, y salió adelante porque José Luis “iba a la Alhambra como el que va al bar de la esquina”, y se traía fotografías de cosas que quería reproducir en su casa, que entregaba a amigos carpinteros, escayolistas o artesanos para ayudarle en su idea, aunque él regentaba un comercio de telas y ropa y no tenía relación alguna con la arquitectura o la carpintería.
“Me parecía una locura”
“Le dije que estaba loco”, reconoce Carmen cuando recuerda que su marido le dijo que quería replicar la Alhambra en su propia vivienda, porque ellos compraron “una casa a la que le querían poner algunos detalles, una piscina…, pero no lo que él me decía”, y con los años, ella asegura que no se veía viviendo en la casa, porque nunca terminaban las obras, hasta que un día, sin puertas interiores instaladas, decidieron mudarse.
La vivienda está dividida en cuatro estancias principales, con recuerdos de parte del Patio de los Leones o recreaciones de lacerías de techos de algunas de las salas de La Alhambra original, como la de la Sala de la Barca, así como un impresionante 'Vaso de la Alhambra' de 1,38 de altura y 80 kilos de peso que preside el salón principal.
La última estancia es una gran piscina climatizada con una cúpula de madera que se abre con un mando a distancia y le da luz natural, y todo en mitad de una curiosa historia, ya que la familia nunca pensó que su casa sería objeto de culto para los turistas, pero en este caso hubo un antes y un después.
Reclamo turístico
En 2013 visitó Paradas el entonces consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Rafael Rodríguez. Desde el Ayuntamiento se pidió permiso a la familia para que visitase la casa “tres minutos”, pero “esos tres minutos se convirtieron en más de media hora. El consejero no terminaba de irse, maravillado con lo que estaba viendo”.
Ese mismo día, los medios de comunicación que cubrían la noticia se hicieron eco de lo que se podía ver en aquella casa del pueblo sevillano, mostrando al mundo lo que José Luis Romero había conseguido. Ya era imparable, y comenzaron a llegar peticiones desde toda España para visitarla.
A la casa, de hecho, no le falta un detalle, y tiene incluso azulejos numerados que sirven para guiar a los turistas por cada uno de sus rincones, e incluso uno de esos visitantes se enamoró tanto de la vivienda que le ofreció a la familia el dinero que ellos quisieran para comprarla.
Este legado de José Luis no tiene precio y la familia lo saca adelante sin ayuda oficial de ninguna institución. El dinero que cobran por las entradas lo destinan a lo que la vivienda necesita para su mantenimiento, y así sobrevive una Alhambra en mitad de la Campiña sevillana, que deja boquiabierta a cualquier persona que se acerca a verla.
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