La situación económica del Sevilla es realmente delicada y dentro del club está habiendo muchos cambios en todas las parcelas para poder ajustar cuentas. El club ha cerrado el último balance con unas pérdidas de 83 millones de euros.
El principal problema es el rendimiento deportivo del equipo, que no ha llegado tan lejos como se esperaba en las competiciones europeas y que nos las volverá a jugar la próxima temporada. El club ha dejado de perder muchísimo dinero por su mal rendimiento en la Champions League, donde ni logró pasar de la fase de grupos.
Además, el coste de la plantilla es elevadísimo teniendo en cuenta los resultados que han dado los futbolistas. Por mirar algo positivo, esta temporada se han marchado jugadores con salarios muy altos y ahora la intención de la dirección deportiva es firmar a perfiles muchos más económicos. Aunque el Sevilla ha firmado a muchos hombres pagando poco o nada por traspasos, en sueldo se ha dejado más dinero del que debía.
Evidentemente todo esto refleja un mal funcionamiento de muchos departamentos del club. El Sevilla acumula cuatro años de pérdidas, algo que está creando mucho descontento en el sevillismo.
Un mejor rendimiento de la plantilla, acertar con el entrenador, encontrar un patrocinador o vender a En Nesyri antes del día 30 de junio hubieran sido medidas para maquillar unas cuentas que reflejan la decadencia del Sevilla en las últimas temporadas.