La presentación del cartel de la Semana Santa de Sevilla 2024, firmado por el reconocido artista Salustiano, ha generado un intenso debate en la capital andaluza, reflejando una profunda división en la percepción artística y religiosa de esta representación. Mientras un sector aplaude la audacia y la estética innovadora de la obra, otro considerable grupo de la comunidad la considera totalmente inapropiada, alegando que no captura la esencia de la tradición, la fe y el fervor religioso que caracterizan a la Semana Santa de Sevilla.
La controversia ha escalado rápidamente, dando lugar a una iniciativa en la plataforma Change.org, impulsada por Manuel Cano-Romero. La petición, que acumula casi 9.000 firmas en un corto lapso, solicita la "retirada inmediata" del cartel. Los firmantes argumentan que la obra de Salustiano desvirtúa los valores y la tradición de la Semana Santa sevillana, distanciándose de la representación esperada por la comunidad religiosa y los devotos.
Entre los comentarios de los participantes en la campaña, destaca la vehemente opinión de Rafael Morillo Salvador, quien, además de exigir la retirada del cartel, solicita la dimisión completa del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla. Morillo Salvador va más allá, instando al Obispo de Sevilla a tomar medidas drásticas contra los responsables de la elección de Salustiano para esta tarea tan emblemática.
Este cartel es una verdadera aberración.
— Instituto de Politica Social (@IPS_Esp) January 27, 2024
❌ Un Cristo sexualizado y amanerado
Desde el Instituto de Política Social (IPSE), consideramos una ofensa grave este cartel que descontextualiza completamente el verdadero significado de la #SemanaSanta.
Exigimos su retirada isofacta pic.twitter.com/6amhDQX3E5
Salustiano García, por su parte, defiende con firmeza su trabajo. El artista rechaza las acusaciones de revolucionar o ensuciar la imagen de la Semana Santa, argumentando que cualquier percepción negativa es producto de la "suciedad interna" de los críticos. Salustiano revela que la inspiración para su obra provino de su entorno más cercano, su hijo Horacio, cuya inocencia y belleza angelical le parecieron ideales para encarnar el espíritu de la festividad. A través de elementos como el sudario de la Hermandad del Cachorro y las potencias del Cristo del Amor, buscaba rendir tributo a la tradición, aunque reconoce que no pudo incluir a todas las hermandades.
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