El Ramón Sánchez-Pizjuán rindió este domingo un emotivo homenaje, antes del comienzo del partido Sevilla-Osasuna de Liga, a los tres socios sevillistas, un padre y sus dos hijos adolescentes, fallecidos en el accidente múltiple ocurrido el jueves en la A-4 en Ciudad Real, cuando iban a Madrid a ver a su equipo en la Copa ante el Atlético.
Los jugadores de ambos conjuntos lucieron brazaletes negros en señal de luto por un trágico accidente que ha llenado de dolor al sevillismo y a la localidad sevillana de Morón de la Frontera, de donde eran naturales los tres fallecidos en el siniestro registrado en Santa Cruz de Mudela.
Antes del encuentro, y como se ha hecho en todos los partidos de Primera y Segunda por iniciativa de LaLiga y del Sevilla, se guardó un respetuosísimo minuto de silencio en memoria de Antonio González Castilla, de 47 años, y sus hijos Antonio y Pepe González Morilla, de 17 y 15 años, respectivamente.
Durante este minuto de silencio, y en lugar de la marcha 'Amarguras', el himno oficioso de la Semana Santa sevillana que suele ponerse por megafonía en este tipo de homenajes en el Sánchez-Pizjuán, sonó el titulado 'Nuestra Fe', dedicado al Nazareno de Morón de la Frontera, hermandad a la que estaban muy vinculados los tres sevillistas fallecidos y de la que el padre era capataz.
En el círculo central del estadio sevillista se colocaron, además, tres camisetas del Sevilla con los nombres de los seguidores fallecidos y una corona de flores, al igual que hizo el presidente del club, José María del Nido Carrasco, en sus respectivos asientos, dos de ellos en Preferencia y uno en Gol Norte, con las zamarras de su equipo y sus nombres y unas rosas, en un día de duelo y muy triste para toda la afición del conjunto del barrio de Nervión.
Recuerdo a la familia González Morilla. pic.twitter.com/vhAfbDRsCO
— Sevilla Fútbol Club (@SevillaFC) January 28, 2024
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