Hace 20 años, un jovencísimo cantante llamado
Fernando Castro sacaba al mercado una
canción en homenaje a su madre, ‘África’, que, sin esperarlo,
le hizo recorrer medio mundo, y ahora, presenta ‘
África 2.0’, el resurgir de su música, “el Ave Fénix en forma de disco”.
Para contarlo, se cita con EFE en la localidad sevillana de
Dos Hermanas, donde vive desde hace años, y donde ha encontrado al
productor Francisco Carmona, que ha diseñado con él un disco que este viernes ha visto la luz, y que le supone
“volver a nacer a nivel musical y de corazón”.
‘África’ es, sin duda,
“la canción que me encumbró”, y se emociona recordando cómo nació en honor a la patrona de Ceuta, la Virgen de África, y así honraba las raíces de su madre, para “resurgir” ahora con vistas a que 2024 sea su año, con una versión adaptada
“que convierte mi tema más especial en algo que vuelve para no dejarnos indiferentes”.
“Yo creo que que
cada día volvemos a nacer, y a nivel musical y a nivel de corazón y de alma siempre se vuelve a nacer
cuando se cree y se siente”, explica el cantante sevillano, que no puede evitar emocionarse cuando recuerda a su
madre,
rememora su lucha en la vida, y espera con una ansia controlado la salida al mercado de su nuevo tema.
Con todo, da gracias a su
profesión y pasión, que le ha transmitido siempre “
sentimientos verdaderos de vida, como es, sobre todo, el amor a una madre, que es el que me trajo a la música”, y
abrirse en canal, “algo que no es fácil”, pero que se transmite en cada nota de su música.
Y, además, pone sobre la mesa que no es un artista preocupado por las
giras de verano o por cuántos lugares recorrerá con su banda, y sostiene que
su música es “atemporal, y no miro al verano, ni a ninguna época concreta, sino que quiero transmitir que mi música está hecha para el corazón,
para nutrir a quien la escuche”, y puede llenar “un hueco en cualquier rincón donde se busque un
rayito de esperanza a través de mis canciones”.
Fernando Castro recuerda su enorme éxito de
hace 20 años, y asegura que
se sentía “encima de una nube”, y añade que la canción le sirvió para estar cerca de su madre cuando ya se había ido: “
Yo creo que mi madre no se terminó nunca de ir”, aunque falleció
un 6 de marzo, y mucho después ese mismo día del año
grabó a dúo con María Jiménez, “que era la productora de aquel entonces y mi madrina”, con lo que
esa fecha “se convirtió en mágica”.
“A través de esa fecha, entiendo que es como una manera que ella tuvo de decirme que
ahora era música a través de mí, y es lo que entendí”, explica, aunque, obviamente, su carrera va mucho más allá de una sola canción, “y soy cada sentimiento, cada vibración, cada cada herida que tengo, las cosas que pasan y las cosas que no deberían de pasar”.
Además, el disco sale
poco después de la muerte de María Jiménez, un 26 de enero (termina la cifra en 6), y habla con admiración de la cantante sevillana: “
Me ha dejado una huella de vida. Hay quien te deja cicatrices, y otras personas huellas”, y ella le
marcó “una estela, un camino en el que nunca me sienta solo ni perdido”, y a través de la música es como trata “de
agradecer y ayudar a mucha gente que ,como yo, se sientan identificadas con estas cosas”.
Ahora, tras salir el disco al mercado,
espera “ser comprendido”, llevar su música a todos los rincones a los que pueda, “y
afrontar todo lo que venga, para lo que estoy preparado, sin miedo a nada”,
listo para comenzar una nueva etapa en una carrera que ya firma muchos años de música a sus espaldas.