Los
sevillanos se preparan para el 22 de diciembre y
compran sus décimos de Navidad. Las
colas en El Gato Negro de la Avenida de la Constitución
no desparecen ni en días lluviosos. El
5 y el 7 se han convertido en los números
preferidos de los ciudadanos, aunque algunos compran el
13 a pesar de ser conocido como el número de mala suerte.
Mientras algunos sevillanos eligen la opción de comprar
décimos exclusivamente para sí mismos, otros se inclinan por
compartir la ilusión con amigos y familiares. No obstante, entre las
anécdotas recolectadas, destacó la
prudencia de un hombre que se encontraba trabajando cerca de la venta de lotería, quien expresó sus reservas al adquirir boletos a medias,
temeroso de posibles complicaciones en caso de resultar agraciados.
La presencia de
turistas, provenientes de diversos puntos de España, subraya la
fascinación nacional por la Lotería de Navidad. Motivados por anuncios televisivos, algunos visitantes optan por adquirir
décimos del afamado Gato Negro en la Avenida de la Constitución. Aunque la mayoría albergan en la esperanza de obtener un premio sustancioso, muchos
reconocen, con un tono de humor, que históricamente la suerte no ha estado de su lado, limitándose sus ganancias al recobro de la inversión.
La historia de una
joven compradora sobresale al contar,
entre risas y emociones, que el año pasado su décimo
le dejó 150 euros, añadiendo un toque positivo a sus festividades navideñas y afirmando que
es lo único que le ha tocado en todos los años que lleva comprando lotería. Otros, como
una mujer entrevistada, han convertido la Lotería de Navidad en una
tradición única:
disfruta del sorteo con un chupito de anís y pestiños, sumando un toque de
autenticidad y tradición a la festividad.
En cuanto a las
preferencias numéricas,
el 5 y el 7 se erigen como los favoritos, según un experimentado lotero de la
calle Cuna. Mientras algunos seleccionan números específicos guiados por la
superstición, otros confían en el
azar o en las
sugerencias del lotero. En la
Avenida de la Constitución, los compradores, influidos por la esperanza,
pasan sus décimos por el tradicional y famoso gato negro en busca de buena fortuna.
Uno de los
relatos más destacables es el de un hombre mayor que, en un acto de reflexión, recordó un
curioso episodio ocurrido en verano. Mientras compraba un cupón, se fijó en un número específico. Al preguntar a la empleada, ésta le informó que se trataba de un décimo para el Sorteo de Navidad. A pesar de la tentación,
decidió no adquirirlo, argumentando que la fecha le parecía
demasiado lejana.
Ironías del destino, ese mismo número resultó ser premiado ese año.
El hombre, con serenidad y sin rastro de
arrepentimiento, aseguró que la decisión de no comprar ese décimo en verano fue
guiada por algún motivo superior y asegura que
"si no lo compró, fue por algo". Este testimonio resalta la f
ascinante mezcla de casualidades y decisiones aparentemente insignificantes que caracterizan a la Lotería de Navidad, convirtiéndola en una experiencia única y llena de misterio para quienes participan en ella.
El Sorteo Extraordinario de Navidad en Sevilla
se teje con historias únicas, creencias personales y la fascinante mezcla de casualidades, haciendo que esta celebración navideña sea inolvidable para todos los que participan en ella.