El alcalde de Sevilla y candidato a la reelección por el PSOE, Antonio Muñoz, aseguró ayer que afronta sin “vértigo” una campaña electoral que sitúa en la ciudad como “la madre de todas las batallas”, reivindicando que la capital tenga “su propio tablero y debate” a pesar de estar en el “foco y lupa” por la importancia de la plaza.
Durante en el programa de 7TV, Acento Andaluz, Muñoz apuntó que, aunque la encuesta del CIS le dé vencedor y con 15 ediles, rozando la mayoría absoluta, toman los sondeos con “mucha prudencia”, señalando que el PSOE tiene que “seguir trabajando y sumando” para captar al voto indeciso. Para el aún alcalde, en estas elecciones “no se presenta ni Feijóo, ni Yolanda Díaz ni Moreno Bonilla”, asegurando que aunque la ideología pueda ser importante, el ciudadano “vota gestión, ilusión, proyectos de futuro” y todos los parámetros indican que “Sevilla está mejor que en 2015”.
También admitió que “no contempla” el escenario de quedarse en la oposición y que le daría “coraje” no darle continuidad a su trabajo. “Todos los grandes proyectos están en marcha”, se reivindicaba, haciendo especial hincapié en el futuro de los jóvenes, “más optimista” con las posibilidades que se abren en el sector aeroespacial. “No es el momento de cambios y frenazos”, aseguraba, aunque reconoció que “hay problemas por resolver y asignaturas pendientes, sé perfectamente dónde están las goteras”.
Entre ellas citó, por ejemplo, la falta de personal en Lipasam, unos 200 operarios, que aseguró incrementará en cuanto lo permitan los presupuestos, y que situó como clave en la percepción de que sea uno de los principales problemas de los ciudadanos, a los que también pidió “más complicidad”.
Otra de las carencias es que se debe “duplicar y casi triplicar” el cuerpo de inspectores, para velar por la disciplina urbanística y se cumplan las ordenanzas de ocupación del espacio público, mientras que sobre la saturación de los pisos turísticos, que considera que el volumen actual “es más que suficiente”, reiteró que siguen a la espera de que la Junta de Andalucía finalice el decreto que les permitirá declarar esas zonas saturadas en las que se ha expulsado ya a trabajadores, estudiantes y jubilados.
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