Sevilla

Astilleros del Guadalquivir será el primer operador económico de Zona Franca de Sevilla

La empresa Astilleros del Guadalquivir se convertirá en el "primer operador económico" de la Zona Franca de Sevilla autorizado en el Parque de Astilleros

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  • Monteseirín con representantes de la empresa. -

La empresa Astilleros del Guadalquivir se convertirá en el "primer operador económico" de la Zona Franca de Sevilla autorizado en el Parque de Astilleros tras acordar con el recinto fiscal su incorporación a los sistemas de contabilidad de existencias, mercancías, operaciones e informáticos controlados por la autoridad aduanera. Así lo han decidido tras la reunión que han mantenido este martes el delegado especial del Estado para la Zona Franca, Alfredo Sánchez Monteseirín, y directivos de la empresa.

En una nota de prensa, Sánchez Monteseirín ha valorado "positivamente" el acuerdo, que será trasladado al Consorcio de la Zona Franca de Sevilla, a la vez que ha señalado que "Astilleros del Guadalquivir es un ejemplo de cómo la Zona Franca de Sevilla y sus ventajas fiscales ayudan a la competitividad en la internalización de las empresas ubicadas en su seno".

Astilleros del Guadalquivir, empresa ubicada en la Zona Franca de Sevilla tras su ampliación hacia el Polígono Astilleros, concentra su actividad desde 2015 en las reparaciones, el mantenimiento y los reciclados navales, y en la industria inshore. La empresa presta servicio a bordo, además de en el Puerto de Sevilla, en los puertos de Algeciras, Gibraltar Cádiz y Almería. Asimismo, tiene capacidad operativa en el resto de puertos de España, de Portugal y del norte de Marruecos.

Una zona franca como la de que tiene Sevilla es un recinto cerrado y separado dentro de un territorio aduanero comunitario en el que se pueden introducir "toda clase de mercancías sin que éstas se vean afectadas por la normativa y las restricciones vigentes en el territorio en el que opera, sea cual sea su cantidad, naturaleza, origen, procedencia o destino". Esto implica que las mercancías albergadas en una zona franca no están sometidas a aranceles aduaneros, impuestos ordinarios ni a cualquier tipo de normativa que regule la importación o exportación de determinados productos.

En este sentido, las zonas francas ofrecen "importantes ventajas fiscales" para las empresas que se instalan en su recinto al facilitar la simplificación de los trámites aduaneros como la posibilidad de diferir el pago de impuestos y conseguir una mejor planificación fiscal. Además, los operadores económicos de cualquier zona franca se posicionan en un recinto con alta concentración de empresas, y cuentan con opciones de maniobra como el despacho a libre práctica, el tráfico de perfeccionamiento activo, la transformación bajo control aduanero, la importación temporal y la exportación.

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