El único póster que mi madre dejó que colgara en la pared de mi dormitorio, fue uno que me trajo desde Inglaterra un familiar, (quizás fuera por eso). Eso sí, la pared era la del armario empotrado, y eso me obligaba a dormir con las puertas abiertas y la ropa desplazada a los lados, para poder admirar hasta que el sueño me venciera a aquellos cuatro chavales que con el pelo largo y sonrisas limpias me enseñaron la magia de la música. Una magia que me aislaba un poco de mi realidad cotidiana, porque corría el año 78, y mientras mis amigas bailaban a ritmo de Boney M., los Village People o del sensual Rod Stewart, y se enamoraban perdidamente de Danny Zuco o de Tony Manero, que es como se escribe Travolta en el corazón, servidora se perdía entre la sicodelia del Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band o el misterio del derecho o del revés del Doble álbum blanco, olvidándome de que mi descubrimiento era realmente como el de los arqueólogos, nuevo a sus ojos, pero inmerso en el pasado. The Beatles se había disuelto como banda hacía 8 años, pero se había convertido en una leyenda. Y para mí en la B.S.O. de mi vida, incluso ahora cuarenta y muchos años después.
Permítanme confesarles la emoción que he sentido leyendo el libro que sobre la banda ha escrito Francisco Castro Veloso: “Eso no estaba en mi libro de los Beatles”, donde he encontrado la historia menos conocida del grupo más conocido de todos los tiempos. ¿Sabían que Frank Sinatra sostenía que “Something”, compuesta por George Harrison, era la mejor canción de amor jamás escrita? ¿Que Quino, el creador de Mafalda, era un beatlemaníaco absoluto y dedicó algunas de sus mejores tiras cómicas a los cuatro de Liverpool? ¿Que el inconfundible sonido y la habilidad del grupo para ganarse al público no se forjaron en los bares y clubs de su ciudad natal, sino durante los duros años que pasaron en Hamburgo?
Su gestación, su música, sus logros, sus fracasos, pero también su época, sus influencias, las gentes que les rodearon, los lugares relevantes, los “actores secundarios” que fueron cruciales para que todo sucediese como finalmente sucedió. Hay muchos libros sobre los Beatles, pero ninguno es como este.
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