El proyecto para la apertura de un Instituto Confucio en la Universidad de Sevilla (US), a través de un convenio con la Universidad Lanzhou Jiaotong (Gansú, China), se está encontrando con oposición en el seno de la Hispalense. Dicho convenio está en estos momentos en trámites para su aprobación. Los Institutos Confucio (IC) son instituciones análogas a los Institutos Cervantes, con la diferencia de que el gobierno chino opta por establecerlos dentro de las universidades, en lugar de en espacios independientes. En los últimos años hay una creciente preocupación internacional por las consecuencias de la relación con estas instituciones, habiéndose producido 108 cierres en todo el mundo. En España la Universidad del País Vasco clausuró su IC en el año 2019. La Universidad de Sevilla, en declaraciones a VIVA SEVILLA, afirma continuar con el “deseo” de inaugurar el IC.
Un grupo de profesores,estudiantesy personal de administración y serviciosde la Universidad de Sevilla entregaron la pasada semana un escrito al rector de la Hispalense, Miguel Ángel Castro, en el que manifiestan su “preocupación” por la apertura de un Instituto Confucio dentro de la universidad. En el escrito expresan su temor a que el acuerdo con la institución vulnere “los principios del expresados en el artículo 2.1, 2.2 y 2.3 de nuestro Estatuto, principalmente en lo que concierne al principio de autonomía y libertad académicas, así como la defensa de los Derechos Humanos y de la Paz”. Además, advierten de que el IC promueve una “narrativa tergiversada” sobre China de acuerdo con los dictados del Partido Comunista de China (PCCh); temen que el IC acabe por censurar las investigaciones críticas acerca del gobierno chino y establezca “serios riesgos” para la seguridad nacional e integridad de la propiedad intelectual de la US, que puede acabar incluso en manos del ejército chino. A todo ello, suman la alerta sobre la actual coyuntura geopolítica, en referencia a la invasión de Ucrania, donde China ha ejercido “una calculada ambigüedad”. Finalmente, claman por el prestigio de la Universidad de Sevilla pues, afirman,“el compromiso con los Derechos Humanos es incompatible con este tipo de acuerdos”.
El acuerdo para la apertura del IC se viene fraguando desde hace bastante tiempo por medio de la colaboración entre la Universidad de Sevilla, el Ayuntamiento de Sevilla y la Cámara de Comercio de Gansú (China). De hecho, a principios del año pasado se firmó un acuerdo entre el Ayuntamiento de Sevilla y la US para la promoción de la iniciativa.Y fue el pasado julio cuando la US recibió la aprobación del gobierno chino para la apertura del Instituto Confucio, junto a otras tres universidades, siendo cuatro las universidades en todo el mundo que recibieron esta certificación en la convocatoria del año 2021.
Los riesgos para la seguridad nacional y la integridad de la propiedad intelectual de los investigadores de la US son algunos de los principales argumentos en contra de la apertura de esta institución. Este robo de propiedad intelectual, junto con la información que obtienen los investigadores chinos que participan en proyectos de universidades europeas, puede acabar alimentando el potencial del ejército chino, como desvelaba la investigación internacional China Science Investigation, publicada en España por El Confidencial. Según la investigación, más de 2.200 informes de universidades europeas habrían beneficiado a una de las principales instituciones académicas militares de China. Además, tanto la Universidad Tecnológica de Lanzhou como Universidad de Lanzhou, con la que la US está a punto de firmar su convenio para el IC, han sidoseñaladas por el China Defence University Tracker del ASPI (Australian Strategic Policy Institute) por plantear riesgos notables en materia de defensa y seguridad para los países democráticos, debido a su estrecha colaboración con organizaciones militares chinas, algo que el ASPI desarrolla ampliamente en su informe Pickingflowers, makinghoney.
La OTAN, por su parte, ha pedido a sus miembros que consulten a sus respectivos servicios de inteligencia nacionales para revaluar las consecuencias de estos acuerdos para las universidades y la seguridad nacional, resaltan los firmantes en el manifiesto. Organismos como el Ministerio de Educación e Innovación alemán también se han pronunciado en este sentido. Así, la universidad de Vrije Universiteit de Bruselas clausuró su IC en 2019 por los riesgos que suponía para su seguridad. Según el grupo contrario a la apertura de la IC, la estrecha colaboración con el ejército chino cobra especial relevancia en la situación actual por la invasión rusa de Ucrania y el rearme militar de China, con sus amenazas a la isla de Taiwán.
La promoción de una narrativa “tergiversada” sobre China, de acuerdo con las directrices del PCCh, y la censura de visiones críticas con el régimen son otros de los dos grandes problemas que preocupan a los firmantes del escrito entregado al rector. Estos riesgos están analizados en el informe Outsource to China de la National Association of Scholars de EEUU. Por ello, se teme que aquellas investigaciones que no se pueden realizar en China por tratarse de un régimen dictatorial, también acaben siendo censuradas en las universidades de los países democráticos. En España se han producido llamadas de atención a instituciones universitarias por actividades que no agradaban al gobierno chino, y sus esfuerzos han resultado exitosos. Así, en 2017 la Embajada China, tras las alertas del IC de León, logró presionar al Rectorado de la Universidad de Salamanca para cancelar una actividad académica sobre Taiwán que no seguía la línea marcada por Pekín, a cargo de la profesora Shiany Pérez- Cheng.
Existe una creciente preocupación internacional por la influencia de los Institutos Confucio, señalan en el manifiesto. De hecho, se ha producido un total de 108 cierres de este tipo de instituciones a nivel mundial, según el seguimiento que realiza In the Name of Confucious, un documental que analiza el fenómeno y retrata la discriminación que sufrió una profesora de un Confucio en Canadá, Sonia Zhao, por sus creencias religiosas. Los cierres se han producido en países como EEUU, Alemania, Francia, Dinamarca, Holanda, Suiza, Noruega y Bélgica. En España la Universidad del País Vasco clausuró su IC en el año 2019. En nuestro país existen ocho Institutos Confucio (asociados a las Universidades de Madrid, Valencia, Granada, Barcelona, Las Palmas, León, Castilla la Mancha y Zaragoza), además de 13 Aulas Confucio y, al menos, 64 centros educativos asociados, según de China WatchInstitute.
Los defensores de este tipo de instituciones argumentan la necesidad de la cooperación cultural con el gigante asiático y los cuantiosos beneficios económicos que generan los IC. Restan importancia al “poder blando” (softpower, influencia propagandística) que acaban teniendo este tipo de instituciones, pues afirman que, al fin y al cabo, la generan todos los países. Sin embargo, en el manifiestolos firmantes aseveran que los IC y China van más allá, realizando estrategias de “sharppower”, esto es, una injerencia ilegítima dentro de los países para erosionar las democracias liberales desde dentro y así alcanzar sus objetivos, como ha ocurrido en el caso de Australia. Además, los firmantes sostienen a VIVA SEVILLA que no están en contra de la cooperación cultural con China, sino que piden que ésta se produzca por unos cauces en los que estén presentes todas las perspectivas y en los que no se margine la defensa de los Derechos Humanos y la Paz.
La implicación de los firmantes del manifiesto en contra de la apertura del IC en la US se explica porque muchos de ellos estuvieron en contacto directo con los activistas prodemocracia hongkoneses que visitaron Sevilla entre 2015 y 2017. Hong Kong era entonces una ciudad semidemocrática dentro de China, y tras la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional en 2020, las libertades de las que disfrutaba se han esfumado. De hecho, muchos de los activistas que visitaron Sevilla, como Joshua Wong, Kin-Man Chan, Alex Chowo Joseph Cheng han sufrido duras penas de prisión o se encuentran en el exilio. “La llama de su lucha es la que nos guía”, declaran los firmantes a VIVA SEVILLA. Al tiempo que mantienen que sería muy difícil que se produjeran encuentros “históricos” como éstos si finalmente el rectorado accede a la apertura del Instituto Confucio.
La Universidad de Sevilla apela al “interés mutuo”
La Universidad de Sevilla en declaraciones a VIVA SEVILLA asevera que ambas universidades se mantendrán en “un estricto plano de colaboración académica”. Asimismo, asegura tener “el convencimiento de que el conocimiento de los idiomas y la cultura de nuestros paises serán pilares para promover los valores universitarios de igualdad, paz, respeto, responsabilidad y solidaridad”, sin entrar a valorar los riesgos que se exponen en el manifiesto, como las amenazas a la libertad de expresión y de cátedra, la defensa de los Derechos Humanos, la discriminación de los trabajadores o el robo de propiedad intelectual.
La US resalta el apoyo institucional con el que cuenta el proyecto para la apertura del Instituto Confucio y resaltan “el marco del interés mutuo de estas instituciones para promover el aprendizaje de la lengua y cultura chinas”. Al mismo tiempo, resalta que el acuerdo para el IC en la US implica “exclusivamente a las dos universidades, no a gobiernos nacionales, regionales o instituciones de España o China”. Aunque como recuerdan, posteriormente, “contamos con la colaboración institucional de nuestros gobiernos locales (Sevilla y Gansú)”
“Tanto Gansú como Sevilla comparten intereses en el Turismo, el comercio, el transporte”, sostienen desde la US. Por ello, afirman es “nuestro deseoque el futuro IC en Sevilla se especialice en el chino dirigido a estas áreas”. La potencia lingüística, del chino y el español, sostienen “debe servir para estrechar los lazos de colaboración académica y cultural, y para promover el posicionamiento internacional de nuestras ciudades y regiones.
Aulas Confucio
La controversia sobre la apertura del IC en la US ha reabierto el debate sobre la idoneidad del programa Aulas Confucio, un acuerdo entre la Junta de Andalucía y el Gobierno de China por el que los responsables de la enseñanza del idioma chino en 37 colegios e institutos de Andalucía son profesores elegidos por China y con un currículum educativo según las directrices de Pekín.
Un acuerdo similar entre la Comunidad Valenciana y el Gobierno chino fue revocado por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valencia (TJCV) por ser “no conforme a derecho”. El acuerdo, según las fuentes consultadas, viola la legalidad vigente sobre la adjudicación de plazas docentes en centros públicos. Asimismo, al ser el gobierno chino el responsable de la contratación del personal, ésta sigue directrices discriminatorias por razón de orientación sexual, adscripción política, o creencias religiosas. Según las fuentes, el acuerdo atenta, entre otros, contra la norma constitucional, el Estatuto de los Trabajadores y el Estatuto del Empleado Público. Además, se desconoce hasta qué punto están suficientemente preparados los “voluntarios”-como denomina el gobierno chino a los profesores de las Aulas Confucio-para impartir docencia.
Desde la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, en declaraciones a VIVA SEVILLA, se ha hecho hincapié en la “demanda creciente de este tipo de enseñanza”. Respecto a la contratación, afirman que es el Departamento de Educación de la Provincia de Jiangsu (China) el que remite una relación de currículos, y que es una técnica china en la Consejería de Educación de la Junta la que valora la idoneidad de los candidatos. Además, señalan que, como cualquier acuerdo con entidades extranjeras, éste se encuentra bajo la supervisión del Servicio de Programas Internacionales de la Dirección General de Ordenación y Evaluación Educativa y que cuenta también con el seguimiento de la Inspección Educativa. No se han pronunciado, empero, sobre los aspectos más controvertidos del programa, como las acusaciones de discriminación o censura que se denuncian.
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