Un eufórico Antonio Muñoz celebró el domingo 27 de marzo (2022) la gran afluencia de público a la denominada ‘Calle Cultura’, un conjunto de actividades más lúdicas que culturales organizadas por el Ayuntamiento en mitad del Paseo de Colón, cortado expresamente al tráfico para la ocasión. Muñoz habló de un “antes y un después” de este evento, al que calificó de “acicate” para repetirlo en otros enclaves de Sevilla. Y extraoficialmente ya se apunta cuál puede ser el escenario siguiente: Su Eminencia.
El alcalde reconoció que “esta iniciativa se ha desarrollado otros años en distintas calles de la ciudad”, pero sus palabras de que la suya ha marcado “un antes y un después” denotan la escasa importancia que atribuye a las precursoras.
Efectivamente, Muñoz ha copiado, pero dotándola de mucha mayor potencia y también de mayor coste económico del que no se ha hablado ni por el que su torpe oposición municipal ha preguntado siquiera, las denominadas ‘Ciclovida’ en 2010 y 2011, una de las propuestas-estrella de la Delegación de Infraestructuras para la Sostenibilidad, que dirigía el teniente de alcalde de Monteseirín en los gobiernos de coalición PSOE-Izquierda Unida, Antonio Rodrigo Torrijos.
A Torrijos, al igual que a Muñoz ahora, se le ocurrió entonces cortar otra importante vía de circulación, en su caso la Ronda Histórica desde la Florida hasta Menéndez Pelayo, para que también en domingo por la mañana los sevillanos le arrebataran la calle al coche y la hicieran suya.
Para mayor paralelismo con Muñoz, en aquel tiempo también estaba cortada otra zona de la ciudad, por la primera ampliación de la ruinosa y poco demandada línea del tranvía de Monteseirín, concretamente la cercana Enramadilla, desde el Prado de San Sebastián hasta San Bernardo.
El mensaje
Torrijos dio una rueda de prensa en la que con su verbo florido lanzó un mensaje similar al de ahora Muñoz pero con doce años de anticipación: “Es una iniciativa saludable, comprometida con la sostenibilidad, que tiene que ver con la recuperación de espacios habitualmente contaminados con el paso de los vehículos a motor y que durante unas horas de un domingo al mes utilizaremos para que la ciudadanía, de manera espontánea y libre, use el espacio para lo que considere.
Cuando Sevilla vaya dándose cuenta de que, pensando globalmente, hay que tomar medidas urbanas para combatir el cambio climático y dar propuestas para la defensa del medio ambiente, se creará una gran socialización cívica”.
Como Torrijos se declaraba comunista, cualquier iniciativa o declaraciones suyas, reales o tergiversadas, provocaban reacciones encontradas en parte de la opinión pública local.
Hubo colectivos vecinales que amenazaron con llevarlo ante los tribunales por vulnerar el derecho de los sevillanos a la libre circulación y se dedicaron a contar el, a su juicio, caos de tráfico provocado por el corte de la Ronda Histórica.
Se citaron casos como el de una ambulancia que habría tardado una hora en llegar hasta la avenida de San Francisco Javier, y el de quienes tuvieron que dar la vuelta a la ciudad por la ronda de circunvalación SE-30 para poder visitar a familiares ingresados en el hospital Virgen del Rocío.
En contraste, nadie ha amenazado ahora con demandar a Muñoz ante la Justicia por vulnerar el derecho a la circulación cortando una vía aún más importante como el Paseo de Colón y justo además cuando la ciudad viene sufriendo los mayores problemas de tráfico de los últimos tiempos por la coincidencia o consecuencia de una serie de obras.
Así, cabe recordar el completo corte en Nervión de la avenida de San Francisco Javier por las obras de la segunda ampliación del tranvía; los trabajos de reurbanización en la calle Torneo; el corte de la avenida concejal Alberto Jiménez Becerril entre los puentes del Alamillo y de la Barqueta; la reducción de los carriles por la ampliación de las aceras entre la Macarena y los Jardines del Valle y la peatonalización de la avenida de la Cruz Roja. Y menos mal que el Consistorio ha renunciado a levantar también la calle Zaragoza, a la vista de la situación general creada.
Transporte público
Sevilla, sin la alternativa de un transporte público eficaz (su única línea de Metro ni siquiera pasa por el Casco Antiguo), se ha convertido en un infierno diario para los conductores, que el domingo se encontraron con la propina añadida del corte del Paseo de Colón decidido por el alcalde.
Esta interrupción no sólo afectó al tráfico privado, presentado como el malo de la película, sino también al transporte público, especialmente líneas de autobuses de la muy deficitaria Tussam, obligadas a desvíos, con las consiguientes molestias y pérdidas de tiempo para sus usuarios, y no sólo los nativos.
En la víspera de la ‘Calle Cultura’ de Muñoz, casualmente el alcalde más sensibilizado sobre el turismo, viajé desde el Sur al Norte de la ciudad en un autobús de Tussam que recogió en Heliópolis turistas cargados de maletas y que iban a bajarse en la estación de Plaza de Armas.
Pues bien, palidecieron cuando sufrieron una parada de regulación cerca de la Torre del Oro y empezaron a temer por su conexión en Plaza de Armas. En sus cálculos no habían contado con el tiempo perdido en los cambios de turno de los conductores.
Imagínense el perjuicio para los turistas que el domingo se vieron condenados a rutas alternativas y más largas de los autobuses de Tussam que no pudieron circular por un cortado Paseo de Colón, el itinerario más corto y directo hasta la estación de Plaza de Armas y por donde también pasa el autobús al y desde el aeropuerto.
Del fiscal al defensor
Vecinos del entorno de Nervión y de San Bernardo acabaron pidiendo públicamente al fiscal coordinador de Seguridad Vial, Luis Carlos Rodríguez León, que suspendiera de forma cautelar los ‘Ciclovida’ de Torrijos y también amparo al entonces Defensor del Pueblo, José Chamizo, ante “la situación de angustia, los trastornos y el peligro como consecuencia del corte al tráfico de la Ronda Histórica”.
Lo máximo que consiguieron fue una recomendación de la Oficina del Defensor al Ayuntamiento para que “se hable, se consensúe y se informe sobre las medidas de seguridad, y la medida se pueda rotar”.
Es decir, que Torrijos no cortara siempre la Ronda Histórica para no afectar la vida de los mismos vecinos una y otra vez, sino que se llevara su ‘Ciclovida’ a otras zonas, una recomendación que a modo de precedente hoy constituye todo un aval para los planes de Muñoz en ese sentido.
Torrijos también organizó actividades complementarias, especialmente pensadas para los niños, en sus cortes de la Ronda Histórica durante unas cinco horas (Muñoz lo ha hecho oficialmente durante tres en el Paseo de Colón, aunque entre el montaje y el desmontaje de actividades debe de haber durado más tiempo), tales como cuentacuentos, bailes, juegos y gimnasia rítmica, pero no logró la masiva afluencia de gente del actual alcalde.
La clave radicó en que su ‘leit motiv’ era invitar a los sevillanos a que acudieran pedaleando en bicicleta, pero aquéllos ya estaban cansados de trabajar a lo largo de la semana como para hacer otro esfuerzo en festivo, por lo que sólo acudió una minoría; su oferta complementaria era mínima y pensada sólo para los menores y únicamente pudo movilizar los limitados medios de su Delegación.
Por el contrario, Muñoz ha sabido y podido convertir su ‘Calle Cultura’ en un acto lúdico de masas, en un divertimento gratuito para todos (gratis y en la calle, sinónimo de éxito en esta ciudad), con una agenda variada de propuestas que disfrutar sin esfuerzo, en plan contemplativo, su particular ‘mapping’: concierto de la banda de música de la Fuerza Terrestre, taller de composición musical con ordenadores, ambientación sonora por el músico cordobés Fernando Vacas, instalación floral con 20.000 rosas de diversos colores importadas al parecer desde Holanda y repartidas gratuitamente al final entre la concurrencia, traslado al Paseo de Colón del mercadillo artesano del Paseo de la O, colocación de hamacas para gozar de forma cómoda del ambiente, etcétera.
Más allá del tráfico
¿Era necesario que Muñoz cortara una zona de 3.817 m2 del Paseo de Colón, entre las calles Adriano y Núñez de Balboa, para organizar una jornada más festiva que cultural como la del domingo 27 de marzo?
Absolutamente no, porque en el entorno disponía de espacios libres y mucho más amplios sin tener que fastidiar a los conductores también en festivo aparte del fastidio que ya sufren en los días laborables. Podía haber organizado su fiesta en el muelle de la Sal con su prolongación al muelle de Nueva York, la explanada de San Telmo, la Puerta de Jerez, la Avenida de la Constitución, la Plaza Nueva con sus 14.000 m2 contando las calles perimetrales y hasta en la Plaza de España, con sus 50.000 m2.
No cabía simbolismo porque el Paseo de Colón ni siquiera está afectado por el Plan de Movilidad Urbana Sostenible, debido a su condición de eje viario esencial para la ciudad, pero con su sustracción al tráfico durante varias horas el alcalde quiso demostrar un ejercicio de poder, de dominio del espacio público, y así, además, tuvo la coartada perfecta para cortar en el futuro cualquier otra vía de la ciudad en cuyo entorno no existan espacios libres como alternativa.
Trasladando de distrito en distrito, de barrio en barrio, su ‘Calle Cultura’ tendrá la ocasión de seguir dándose baños de masas de cara a las elecciones municipales, a tan sólo 13 meses vista. Lleva tan sólo un trimestre en el cargo y necesita el mayor grado de conocimiento posible por los sevillanos, y no sólo los del Centro.
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