Cuando la sevillana Teresa Martín tenía 14 años, compró su primera muñeca, una Ramón Inglés procedente de una fábrica de Valencia, y desde entonces a su casa fueron llegando por decenas, hasta reunir centenares y convertirse en una de las mayores expertas de España en este campo.
Ella no lo sabía de niña, pero según iba creciendo no iba a decrecer su afición por las muñecas, que poco a poco fueron llenando cada sala de su casa, a las que cuidaba como alguien más de su familia, y ahora, una parte de esa afición, se recoge en las más de 400 páginas de ‘Muñecas antiguas: Un hermoso tesoro’, un libro en el que cuenta todos los secretos para cuidar las muñecas incluso centenarias que muchas personas tienen aún en sus casas.
Y no ha sido fácil, porque como explica a EFE en su casa de Sevilla, donde tiene su "hospital" para cuidarlas, “han sido cuatro años intensos hasta que finalmente ha visto la luz, con un trabajo que hemos realizado poco a poco, de forma independiente”, hasta conseguir finalmente poner el libro a la venta, que incluye 600 fotografías a color e información pormenorizada de cada una de las muñecas que se pueden ver en sus páginas.
Para su creadora, se trata de “un libro indispensable para conocer el mágico mundo de las muñecas antiguas”, en el que “se aprende a identificar los distintos materiales que se usaron para su creación”, con un recorrido que abarca desde la segunda mitad del siglo XIX hasta mediados del XX”.
Su responsable ha pretendido “mostrar los principales fabricantes a nivel mundo, con sus marcas, numerología, símbolos y guía de valores y precios”, porque se trata de saber “qué muñeca tienes y cuánto puede valer en el mercado actual”, entre otras cosas.
Incluso, a algunas personas le puede ayudar a comenzar una nueva colección, a saber reconocer una muñeca que sea una copia de una original, a conservarlas “o realizarle unos primeros auxilios cuando se necesite”.
La guinda de las páginas es mostrar algunas restauraciones que se han llevado a cabo en un “hospital” de muñecas cuando ha sido necesario”.
De hecho, mantener a las muñecas en perfecto estado es toda religión para los coleccionistas, casi por encima de adquirir nuevas piezas que aumenten la lista que se tiene en casa, por lo que contar con consejos directos de quienes entienden el asunto es todo un tesoro.
La relación de Teresa con las muñecas tiene matices casi incontables, con uno de ellos ubicado en la localidad onubense de Ayamonte, “mi lugar de descanso, de paz”, donde gestionó durante varios años uno de los pocos museos dedicados a las muñecas que se pueden visitar en territorio nacional.
No contenta con eso, en 2015 organizó el primer encuentro nacional de aficionados a este arte, porque es todo un arte no solo reunir piezas de coleccionista, sino cuidarlas y restaurarlas como si estuviesen recién sacadas de su caja, aunque algunas hayan pasado los cien años de vida hace tiempo.
En esa lista de privilegio está una de las protagonistas de aquel congreso, Mariquita Pérez, ideada por Leonor Coello de Portugal en 1938 y considerada la muñeca más famosa durante tres décadas, desde 1940.
Esta muñeca se fabricó entre 1939 y 1976, variando desde el primer modelo de cartón piedra al último fabricado totalmente en plástico, y conseguir sus primeras producciones es una de las labores de todo buen coleccionista.
Ahora, asentada definitivamente en su Sevilla natal, asegura que está “muy feliz de poder decir que por fin mi libro vio la luz”, con el “subidón” añadido de ver cómo le van llegando fotos de gente de distintos puntos de España que tiene su libro y lo va disfrutando.
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